EL DISTRITO adelantó hace unos días los detalles del último gran festival de la temporada, el DCode Festival 2015. Antes del arranque del evento musical, charlamos con Sebastian Pringle, el cantante del grupo Crystal Fighters, que pusieron la guinda en este evento musical celebrado en el recinto Cantarranas, junto a la Complutense.
Recordamos con el vocalista alguno de sus conciertos en Madrid, así como festivales en los que hemos coincidido con él como Arenal Sound. Sebastian es partidario de leer a posteri las reseñas o crónicas de los conciertos, “sirven para escudriñar y clasificar la música para que la gente la pueda asimilar”, explica. Se lo piensa un rato y puntualiza, "que con esto no estoy diciendo que los periodistas musicales siempre tengan la razón, pero son una parte importante de la industria musical”. El líder de los Crystal muestra así un respeto por la profesión de los periodistas españoles, de hecho domina nuestro idioma y en el DCode dio muestra de ello, protagonizó uno de los speech más amplios en castellano nunca vistos. Incluso escucha música en castellano, muestra de ello es que nos confiesa que, en este momento, su canción favorita ‘La pollera colorada’ de Anibal Velázquez.
Antes del inicio del DCode, Sebastian nos desvelaba su intriga por ver a Sam Smith, algo que no pudo suceder, ya que suspendió su actuación por enfermedad. A quienes si escucharon por supuesto fueron, según el cantante, “nuestros viejos amigos Foals". Tras tocar los de Oxford, fue el turno de los de Londres. El cantante de los Crystal es consciente de que sus temazos ‘Plage‘, ‘Love is all I got‘, »I love London’, hacen vibrar al público, además, “sabemos a mucha gente de Madrid le encanta este festival y es un honor formar parte de él, ¡Viva DCode!”, exclama. Y dice esto porque casi todos los años vemos a los Crystal en nuestro país conocedores de que los festivales es una opción para solucionar la crisis en la música. "También tenemos reinventarnos y ayudar a otros, no se me compa con dinero, amigo", asevera Sebastian.
Desde el año de creación de la formación londinense, en 2007, han tenido muchas anécdotas. La última nos narra el vocalista, sucedió en un bar con un balón de playa, se fue hinchando y él lo explotó “heroicamente” con un cigarro. También nos cuenta el último concierto en el que estuvo, el ‘Open mic night Bushwick’ de Nueva York, donde tocaban “muchos talentos desconocidos para el gran público”. En cuanto a la comida, el cantante se declara vegano, le gusta el yoga, la naturaleza, pasar tiempo con la familia “o solo, escribir en silencio, meditar y valorar así la armonía de mi existencia, declara. En ese equilibrio que desprende, para concluir la charla le pedimos a Sebastian que nos resuma su carrera en una frase. En un alarde de creatividad nos dice: “La incursión brillante en el espacio y tiempo de un novato, que baila a través una cuerda de laúd hacia el infinito, con un amplio misterio musical internacional nunca desplegado”. Ante esto nos despedimos de él, eso sí, con la esperanza de ver por muchos años su energía sobre los escenarios españoles.
