Ha sido la sala El Sol la encargada de dar cobijo, durante más de un mes, al viaje de regreso a los años 80. Años en los que conciertos de grupos como Vulpess, Radio Futura o Alaska y Dinarama acompañaban a ritmo de punk y rock & roll las noches de aquellos inolvidables años de trangresión. Pero ha sido ahora, recién comenzado el año 2007, casi 30 años después, cuando Madrid ha vuelto a vivir toda aquella magia de escenarios, bajos y pintura cantando a la libertad; una libertad de expresión que llegaba a España en forma de estridentes sonidos de guitarra y letras provocadoras. Gracias al ciclo de conciertos que ha organizado la Comunidad de Madrid en su “Homenaje a la Movida”,los madrileños hemos podido disfrutar otra vez de míticas canciones como La chica de ayer o Enamorado de la moda juvenil en un perfecto directo. Un total de 30 grupos de la Movida, repartidos en 18 conciertos de los que se agotaron las entradas casi al mismo tiempo que salían a la venta.
Loquillo… pero “con elegancia”
Los años parecen no haber pasado para Jose María Sanz -más conocido como Loquillo- y sus Trogloditas. Este queridísimo rockero catalán volvió a demostrar su fuerza y su descuidada elegancia el pasado mes de enero en una abarrotada sala El Sol. “Es un placer volver a Madrid, la primera ciudad que quiso escuchar nuestras canciones hace tantos años…”. Con estas palabras de agradecimiento hacia sus eternos fans, comenzaba Loquillo el que ha sido su primer concierto del año. Tras una larga ovación entre flashes de cámara y gritos de “guapo”, comenzó el espectáculo. Canciones como “Rock and Roll Star”, “Cuando fuimos los mejores” o “El rompeolas” inundaron la sala de un nostálgico clima que transportó a todos los presentes a aquellos años de la Movida. Pero fue con “Cadillac solitario”, el himno de esta banda rockera, cuando la sala saltó, se emocionó y cantó a voz en grito junto al gigante de negro. Sin embargo, fue el reencuentro entre Loquillo y Sabino Méndez (fundador del grupo junto con Loquillo y ex componente) el momento más emotivo de la noche. Los dos grandes volvían a verse las caras.
