La reunión de este lunes 21 de septiembre entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su par de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tendrá como principal tema a tratar el estado de alarma por la pandemia que ha provocado el coronavirus.
Y es que la llegada masiva de ayuda por parte del Gobierno central, pasará por una petición del estado de alarma que la presidenta madrileña tendría que hacer, algo a lo que se ha resistido hasta ahora.
Pese a que Sánchez dijo el pasado sábado en La Sexta Noche que su intención al acudir a esta reunión no es «juzgar o tutelar» al Ejecutivo capitalino, la realidad es que, de momento, ha demostrado poco apoyo a las propuestas de Ayuso.
De este modo, Sánchez oficializaría de una manera u otra que no ha sido él mismo quien ha impuesto el estado de alarma, sino que el descontrol por su inacción sería responsabilidad de Ayuso y del Partido Popular (PP).
Cabe recordar que desde julio, Madrid ha enviado hasta seis cartas solicitando medidas y apoyo del Gobierno central en competencias donde las comunidades autónomas no pueden entrar, por lo que si realmente Sánchez hubiera querido ayudar, ya podría haberlo hecho.
Sin embargo, la presidenta madrileña es consciente de que un estado de alarma hundiría más aún la economía, por lo que se apegará a la aplicación de restricciones parciales bajo la Ley General de Salud Pública y el resto de medidas que lo permiten, sin tener que volver a un confinamiento general.
De lo contrario, Sánchez culparía a Ayuso del golpe económico, y tendría sobre la mesa el discurso servido para el PSOE, pues el tan ansiado estado de alarma sería la cabeza de turco que se llevaría toda la culpa por el nuevo parón y la depresión, aunado al ya conocido desplome sin precedentes del PIB.
