Algo debemos estar haciendo bien, pero que muy bien, para que este programa “de una hora en libertad” y el que les escribe, estén recibiendo todo tipo de amenazas, insultos, burlas e improperios. Todo tipo de lindezas y calificaciones de muy poca calidad intelectual.
Lo cierto es que me esperaba algo mas, no mucho mas, pero si algo mas elaborado, mas preparado que los tacos y palabras mal sonantes de rigor y algo pasadas de moda.
Los insultos e improperios vienen desde muy diversos y variados sectores. Desde el lobby gay o lobby de lesbianas, no deseo incurrir en ningún tipo de discriminación sexual, pasando por analfabetos de salón muy ideologizados, pero con muy poca imaginación a la hora del insulto zafio.
Supongo que la falta de imaginación será aplicable a toda actividad que realicen a lo largo de su vida.
Por lo general, estos son gente poco “leídas”, poco “instruidas”. Se consideran de izquierdas porque alguien en la familia les dijo que Franco era “malo” y todas las penurias que sufren son herederas del franquismo. Les “mola” el Che Guevara, aunque no tengan muy claro ni quien fue ni lo que hizo. Pero la camiseta comprada en un mercadillo veraniego por cinco pavos junto con los pantalones pirata y los calcetos blancos, es lo que mejor les queda, lo que mejor les sienta.
En este sector también podemos incluir a los aldeanosperiféricos, muchos de los cuales proceden de otras regiones de las que ahora se sienten verdaderos soldados, gudaris o milicianos. En estos últimos el nivel cultural no es bajo, simplemente no existe. Se creen historias que nunca sucedieron, son dignos de estudio, no se puede debatir con ellos, sus mentes enfermas hacen que esto sea una cuestión Infructuosa, pues por mucho que lo intentes, el daño cerebral inoculado por el nacionalismo lo hacen estéril. Y terminando por algún que otro simpático comunicador como Javier Cárdenas y su equipo. Reconozco que me he reído con ellos en algunas ocasiones, en otras me han parecido grotescos, sobre todo cuando intentar ridiculizar a alguien y ponerlo en evidencia. Lo más doloroso de Javier Cárdenas y su equipo, no fue el cachondeo que se trajeron con el “duelo propuesto por el General Monzón” al defecador Gili Toledo. Eso fue hasta divertido y comprensible. Eche de menos alguna referencia a las declaraciones del amago de actor cuando este defecaba en la Virgen, en España, en los españoles. Seguramente para Cárdenas y su equipo esto no merecía ser tenido en cuenta, esto no era importante, pero esto es el origen del reto del General hacia “el vomito”.
A Cárdenas y su equipo se le presuponen cierto nivel cultural o cierta preparación, aunque solo sea por la responsabilidad que tienen antes miles de oyentes de Europa FM.
@javiergarciaisac es periodista y director del programa ‘Una hora en libertad’ que se emite los sábados de 15:00 a 17:00 en Radio Inter.