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Aquí no hay quien viva

Víctor Núñez

 

En esta ciudad el descanso y el silencio están en peligro de extinción. Si tienes un bar sin insonorizar debajo de tu casa date por jodido. Si a tus vecinos les peta hacer una fiestecita hasta altas hora de la madrugada, mejor ponte unos tapones. Si vives en una casa con patio interior, no hace falta que pongas la telebasura para enterarte de los cotilleos de los vecinos que ya se encargarán de pegar voces con las ventanas abiertas y enterarte de sus más íntimos entresijos. Si vives en una zona de marcha lo mejor que puedes hacer es malvender tu casa y emigrar a Noruega, o bien siguiendo la máxima si no puedes con ellos, únete a ellos, hazte borracho y súmate al ‘botellón’. 

Cuando en países civilizados a alguien se le ocurre poner la lavadora a partir de cierta hora, incluso tirar de la cisterna, los vecinos pueden llamar a la Policía y al insensato le cae una multa que se le quitan las ganas de miccionar en cuatro días. El problema y la diferencia está precisamente ahí. Seguramente la cantidad de insolidarios y maleducados en estos países sea la misma en España que en Alemania, la diferencia radica en que mientras que en este Celtiberia reina la impunidad en esos países la justicia y las autoridades actúan. Nada más hay que ver que estos silenciosos ciudadanos europeos, en cuanto vienen a nuestro país abrazan con fervor nuestras hispanas costumbres de gritar, montar ‘botellones’ en las calles, y pegarle al tintorro con la misma vehemencia y sonoridad que el español más carpetovetónico. 

Estoy convencido de que la razón de tanto descontrol está en la mala gestión de nuestros onerosos administradores. Si no ¿de qué manera es concebible los macrobotellones que se montan en plena Plaza de España? ¿Cómo es posible que bares denunciados repetidas veces por los vecinos o incluso con mediciones policiales que rebasan los niveles de decibelios continúen ejerciendo su actividad con completa normalidad? ¿Qué clase de oscuros intereses impiden que estos garitos sean multados y clausurados? ¿Existen “mordidas” bajo cuerda? En este país piensa mal y acertarás. Eso sí, que no se te ocurra ir por el túnel de la M-30 a 73 km/hora o tirar en el contenedor amarillo en vez del naranja una monda de patata que el afán recaudador y el peso de Gallardón caerá sobre ti. Menos efemérides, “basurazos”, y zanjas y más cumplimiento de las leyes y vigilar por el bienestar y la salud de los ciudadanos.  Estoy seguro que con tanto infractor impune, si se pusieran más multas y se pagarán, se acababa con la deuda municipal en tres fines de semana. 

www.desmanagement.wordpress.com

 

 

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