Ha saltado las alarmas con el corralito chipriota, algo que hasta hace poco era realismo mágico en el contexto europeo y veíamos con distancia oceánica. En la variante española, el corralito se lo han montado algunos bancos con las preferentes, verdaderamente sangrante el problema en Galicia por número y perfil del estafado. Es, sin duda, una de las grandes desfachateces desde que estamos en democracia. Supera lo vergonzoso con creces y de nuevo surge la gran pregunta: ¿los curritos de primera línea en las sucursales de todas esas entidades sabían lo qué vendían? La respuesta en un sentido u otro es para echarse a temblar.
Expresión recurrente de mi madre: “Hablas solo, como los locos.”Si hoy me viera, vería una versión abrumada de silencio. Leo los periódicos y al rato me doy cuenta de que estoy negando con la cabeza sin articular palabra. Y es que los periódicos van a tener que trasladar las redacciones a los juzgados y comisarías. Ahorrarían compartiendo gastos. La prensa parece desde hace demasiado un tupido dossier de fichas policiales vip.
Aquí el que no tiene cuentas en Suiza es un paria y, como las desgracias nunca vienen solas, salen ahora las cuentas que tenía el padre de Rey por esas tierras. Razón va a tener la abuela de Letizia cuando les dijo a los Príncipes de Asturias que la vida de reyes en el exilio no estaba nada mal. De principio no hay queja pues Don Juan tenía su residencia en Lausana desde mediados de los cuarenta. Pero, ay, posteriormente la cosa se empieza a torcer: no trajeron la pasta a España en su momento por motivos de imagen: quedaba bien la austeridad del exiliado, no saber el dinero que poseía pues el ser pobre da siempre una pátina de veracidad. Como siempre, prima la imagen sobre el fondo y ahora por tapar que se tenía esa pasta, no sólo no se ha descubierto sino que ahora la pregunta es ver qué ocurrió al repartir la herencia. ¿Siguió/sigue el dinero en Suiza?
Fuera del mundo occidental lo que prima es el corralito nuclear. Coreano ladrador en el paralelo 38. El principal problema en las sagas es pretender redondear lo que dejó a medias el anterior mandamás de turno o, lo que es peor, querer ser el mesías que salde deudas con óxido de décadas. La putada es que el perro ladrador tiene los intestinos atómicos y cualquier desvío en sus torpezas puede liar la del tonto blasillo. Son las cosas de que tenga un botón de destrucción quien sólo debería tener a su disposición el botón del “me gusta” en un facebook cualquiera como un tarado más.
