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El cine español es muy malo

“El cine español es muy malo”. No lo digo yo, aunque en cierta forma esté de acuerdo con ello, sino José Luis Guerin, según lo publicado por La Voz de Galicia, ahora que se acercan los Goya. Según mi amiguete y autor de libros Luis Miguel Carmona, el insigne realizador debería haber añadido «Y yo he contribuido bastante a ello». También tiene cierta razón, pues me gusta Innisfree, me gusta un poco Tren de sombras y En construcción, me gustan las mujeres, y me gusta el vino que bebo para olvidar el resto de su filmografía.

Si se lee el artículo, el realizador viene a decir que todo el cine, también el de Alemania y el Italiano, es pésimo, salvo las ilustres excepciones, o sea que le ha faltado decir poco más o menos que lo que hacen nuestros cineastas es basura salvo sus films y algún otro. Pero en cualquier caso me ha llamado atención la declaración, porque viene a ser como si en el colegio al que llevas a los niños te dicen que los profesores son un horror. “Bien, pues ya llevaré a los chavalines a otro lado”, responderías sin ningún género de dudas.

Pues llevemos a cabo un experimento. ¿Y si yo dijera por ejemplo que los críticos y periodistas de cine en España son muy malos, salvo ilustres excepciones (sin incluirme por supuesto a mí entre estas últimas)? Es más, estoy convencido de que somos perversos sobre todo en lo relativo al cine español por varias razones:

1. Algunos medios magnifican la calidad de nuestro cine. Para una gran parte de los que trabajan en medios de comunicación, hablar mal de un film nacional vendría a ser como afirmar que Miguel de Cervantes era francés, o sea una falta de patriotismo absoluta o algo así. Hasta Palmeras en la nieve ha tenido unas críticas demasiado benevolentes. ¡Pero si ni siquiera se entiende bien! Flaco favor se le hace así a nuestras pelis, pues el que por ejemplo acuda a ver esta cinta protagonizada por Mario Casas, o Incidencias, por decir otra, jamás volverá a pagar por ver cine español.

2. Para otro sector, desde el «No a la guerra», el cine español está lleno de rojos, incapaces de rodar nada aceptable, por lo que todo lo ponen a caldo. Eso tampoco es, por mucho que algunos (actores en su mayoría, algún director bocazas que no se siente español) se lo han buscado, justo es reconocerlo.

3. En los casos, pocos pero los hay, en los que rodamos una cinta aceptable, se suelen exagerar sus virtudes hasta la extenuación. Y claro, luego resultan decepcionantes. Que La isla mínima no está mal, claro, pero no nos engañemos tampoco es L.A. Confidential.

4. Lo peor de todo: en España se descalifica y se olvida lo antiguo y se mitifica lo nuevo. Cuando salió Alejandro Amenábar, era un gran genio, con el que por fin el cine español daba buenas películas. ¡Almodóvar se había quedado anticuado! Y claro, mucha presión para el hombre, ¡se espera que todas sus películas sean una revolución! Luego rueda Regresión y pasa lo que pasa.

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