Existe la creencia popular que afirma que después de la tempestad viene la calma. España debe ser la excepción que confirma la regla. Después de un año donde hemos sufrido multitud de elecciones, el panorama nacional en general parece estar poco claro y el Catalán en particular está más oscuro que nunca. El esperpento no cesa. Los conocidos como anti sistema o anti capitalistas vuelven a decir un no rotundo a Artur Mas, que no le desean como presidente de una hipotética republica catalana, a pesar de haberle sometido a todo tipo de humillaciones, después de decir si a todo lo que le era solicitado, después de estar dispuesto a cortarse el pelo a hachazos igual que ellos, Artur Mas vuelve a ser rechazado.
Las feas y feos perro flautas catalanes, en ajustada asamblea, deciden que el burgués Mas no puede ser el Presidente de la Generalidad. Pesa más en estos asambleístas la cuestión ideológica que el separatismo. Para ellos, ya habrá tiempo para esas cuestiones. Tenemos que reconocer, que por lo menos son coherentes para consigo mismos.
Dentro de tanta miseria, tanta imbecilidad, tanta tontería, este el nuevo ridículo de Artur Mas, el cual nos provoca una leve sonrisa. Todo sería muy cómico, si no fuera tan serio, si no fuera tan trágico. Hasta Pilar Rahola, la contertulia de Onda Cero, la intelectual de peso del separatismo catalán, la musa de los Pujol, ve la oscura mano del CNI en todo esto!!! Creo que sobre valora en exceso al CNI. Hasta insinúa que los de la CUP, los de la taza, son “colaboracionistas” del estado español, aliados del españolismo.
El precipicio al que está empujando Artur Mas al pueblo catalán y a su propio partido, solo es comparable con el suicidio político al que parece estar abocado Pedro Sánchez y el PSOE.
Todo esto me produce dolor y asco. Hablan de España y su unidad territorial como si de una mercancía se tratara en manos de comerciantes y usureros.
Dicen en Convergencia que no desean humillarse más. Creo que no son conscientes del ridículo que llevan haciendo desde hace meses. Insisten en Artur Mas como candidato, y les entiendo. No les queda otra. Artur Mas y gran parte de su colaboradores, tienen ante sí un panorama judicial que como poco podríamos calificar de incierto. Alguien tendrá que pagar el expolio sufrido por Cataluña y los catalanes. La sombra de unas nuevas elecciones autonómicas vuelve a planear sobre Cataluña, con la incertidumbre de saber cuál será el descalabro final de los Burgueses Nacional Separatistas. Por otro lado, es muy posible un frente popular que una a todos los perros flautas en una sola candidatura. El denominador común del perro flauta es su mal gusto en la elección de sus ropajes y la sustitución de las tijeras por hachas a la hora de atusarse el cabello. Su estética invita a la desconfianza, y su ideología al miedo. Son muy trasversales, cabe todo. Desde los teórico marxistas, hasta los mal llamados anti sistema, pasando por los amigos de los etarras y terroristas. Un elenco muy variopinto y variado, con ideología trasnochada, muy pasada de moda y de olor a porro. Estos frente populares, estos gazpachos, estas macedonias, se sabe como empiezan, pero nunca como terminan.
Nos esperan días de mucho espectáculo, de mucho circo barato y malo. Tengo la sensación de vivir un esperpento infinito, un esperpento sin fin. Para terminar de “abochornarnos” a gusto, a pierna suelta, tenemos lo de las cabalgatas laicas y la forma de entender la Navidad algunos de los ayuntamientos españoles. En Valencia, su alcalde Joan Ribo, recibió en el edificio consistorial a las “Reinas Magas” Libertad, Igualdad y Fraternidad tras una cabalgata infantil incluida en la semana de la infancia. Una celebración laica que rememora la celebrada por última vez en 1937. La imbecilidad humana nunca deja de sorprenderme. Cuentan los lugareños que Ribo incluso se atrevió a saludar desde el balcón ante niños atemorizados y asustados, sobre todo por la fealdad de las magas. Dudo mucho de que en caso de tener rostro humano la libertad, la igualdad y la fraternidad, se parecieran a las protagonistas de esta cabalgata laica.
Javier García Isac/Territorio lince
