El Partido Popular (PP), liderado por Mariano Rajoy, ganó el pasado 20 de noviembre con una histórica mayoría absoluta, las elecciones legislativas, con el 44,59% de los sufragios y 186 diputados de los 350 que forman la cámara baja del Parlamento, superior a su récord histórico logrado en 2000 (183 diputados).
Este resultado ha dado como consecuencia, en primer lugar, un mayor apoyo ciudadano al bipartidismo. La suma de Partido Popular y del Partido Socialista da como resultado un 85% del hemiciclo.
Por otra parte, se ha producido un importante incremento del grupo Izquierda Unida, apoyo que muy posiblemente ha sido consecuencia por el descenso muy pronunciado del mismo al Partido Socialista.
Y la irrupción en el resto del hemiciclo de un número de partidos récord hasta la fecha hasta un total de trece, con mención especial a la subida de UPyD que se ha consolidado como un nuevo partido con implantación no sólo a nivel local y autonómico sino también a nivel nacional y que ha estado a punto de conseguir grupo propio.
Con todos estos mimbres, debemos hacer la cesta que debe evitar que España, que se encuentra sometida al acoso de los mercados y que han centrado su atención en ella después de los cambios de gobierno en Grecia e Italia desencadenados por sus fuertes deudas públicas, siga en la senda del paro y la recesión a la de la recuperación y generación de empleo.
La tarea que el pueblo español le ha dado al Partido Popular es de una enorme responsabilidad. Sacar a España del terrible endeudamiento en el que se encuentra sumida, generar confianza en los mercados, hacer ver a los demás países que el nuestro es de fiar y que deben invertir en él sin temer a perder sus inversiones. Y, más que nada, ilusionar a la gente que sigue en el paro, generando para ello las condiciones para que se creen los máximos puestos de trabajo posibles. Los empresarios deben también apostar por nuestra economía y ser más atrevidos que nunca, contratando, invirtiendo y llegando a cuerdos con los demás sectores de la sociedad que así lo demandan.
Y para ello más que nunca hace falta que estemos todos juntos. Partidos de izquierdas y derechas, sindicatos y empresarios, poder político y el resto de la sociedad civil debemos apostar por nuestro país y dejarlo en el lugar que nunca debió abandonar donde era referente en la generación de empleo, crecimiento económico y en la vanguardia de bienestar social. Lo éramos hace escasamente ocho años y con el apoyo de todos volveremos a serlo. No nos lo podríamos perdonar si al menos no lo intentáramos.
