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En defensa del mundo musulmán

Juan Luis Sánchez

As salamu ‘aleikum. Los medios de comunicación han presentado una imagen excesivamente negativa del mundo musulmán ante el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona. No es cierto que todos los seguidores de Mahoma hayan reaccionado  desmesuradamente. La realidad es mucho más compleja de lo que se nos cuenta, y aunque queda muy periodístico esto de decir que aquí todo el mundo quiere colocar bombas, se tendría que analizar más en profundidad el asunto. Incluso pueden detectarse algunos rasgos de islamofobia en periódicos de tirada nacional, que ven el asunto con una mirada negativa hacia el mundo árabe.

En primer lugar, resulta sorprendente que se haya organizado tanta polémica por un texto sobre la razón y la fe, que citaba unas duras palabras de un emperador bizantino, Manuel II, afortunadamente más desfasado que la "arielita", artilugio que si no alcanzan a recordar es porque efectivamente se ha quedado obsoleto. El texto, que gira en torno a la razón y la fe, es tan rico como complejo desde el punto de vista académico. El autor de este artículo debe confesar que a pesar de ser universitario, o quizás precisamente por eso, tuvo que sudar tinta, y requerir la ayuda de expertos en teología, para llegar a entender dicho texto. Probablemente, mereció la pena, sobre todo porque permite darse cuenta de cuantas opiniones se publican de gente que no ha realizado el mismo esfuerzo.

Cierto es que algunos extremistas parecen haber dado la razón al tal Manuel II de marras, con posturas estilo "¿Qué yo soy violento? ¡Ya verás el pedazo de bomba que te voy a poner". Otros en teoría menos exaltados, como el rey de Marruecos, también se han llevado las manos a la cabeza, pero se trata de individuos que han demostrado anteriormente su enorme intelecto. Sólo hace falta preguntar a sus súbditos. Pero eso no es la tónica general. Sin ir más lejos, el presidente de Irán, extremista en muchos otros asuntos, declaró a este respecto que le consta que Benedicto XVI no pretendía ofender al islam. Se apartaba de esta forma de las palabras del imán Alí Jamenei, tremendamente violento, y que nos hizo recordar una burda canción de Siniestro Total sobre los ayatolah, que hoy ninguna emisora de radio se atrevería a programar.

Un gran sector de la población musulmana ha sido intoxicada por los periódicos, de la misma forma que la población perteneciente a otras religiones. Si leen en los periódicos de sus países que el Papa ha atacado el islam, tienden a creerlo, de la misma forma que nos intoxicamos los que leemos determinados periódicos de nuestro país. Y por último, lo más importante. No se debe olvidar que una gran parte de creyentes en la fe de Mahoma, son personas muy cultas, que sí han analizado el discurso del Papa en su totalidad. Éstos expresan pacíficamente sus divergencias con las argumentaciones del Sumo Pontífice. Escuchándoles, uno tiene la esperanza de que en el futuro la convivencia pacífica es posible.
 

 

 

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