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Espuñeta, sin duda

Andalucía. Susana Díaz ha empezado mandato con el pie tibio contra la corrupción, que dice no admitir, no citando en la investidura precisamente el caso que le ha llevado a estar donde está con un currículum laboral inexistente fuera de partido. ERE es palabra de conjuro para los socialistas andaluces como “Bárcenas” aún lo es para muchos del Pepé.

La nueva presidenta autonómica se declara heredera de Zetapé (las cuotas, esa falsa igualdad, es suficiente para seguir su estela). Parece que el avance de que sea presidenta y no presidente es suficiente para suplirlo todo. Y no. Verla en esa fotografía que publicó El Mundo entre el paternalista Griñan y Cháves, del que –y volviendo a la investidura- casi copió su letanía sobre la corrupción cuando fue elegido en el 92, da cierto reparo. Su fama de cuchillera de la política, de directa al objetivo…, perdón, a su objetivo, completa un terceto político que no se merece ni el peor de los pueblos.

Si añadimos que este sistema de elección por dedocracia es de por sí vergonzoso dentro de un partido, verlo impuesto para gobernar es enfangar cualquier democracia. Y estoy de acuerdo en que votando listas cerradas, lo que se está votando es a una masa informe llamada partido político donde unos pocos, rodeados de intereses de todo tipo preguntando y empujando por lo suyo, eligen a quienes quieren para lo que quieren. Y nunca entre los mejores, pues éstos raramente se dedican a la política y cuando lo hacen, salen escaldados del plato de mierda que están pisando. Elegir a los buenos, piensan, expone lo malos que son ellos. Error de acomplejados. El famoso tuerto, rey de los ciegos. Si se planteara el ideal griego de ser gobernados por los mejores se rompería el juego de mediocres que dirige el cotarro. La política es puro trilerismo, una forma de vida… Y no hablo de idealismos… ¿España o espuñeta? Lo peor es que ni esta crisis es capaz de sacudirnos el lastre de lo que vive en las alturas a nuestra costa.

Ejemplos y vergüenzas de esas que hubiera acuchillado a versos Quevedo, ese lúcido: Rato fichado por Botín. Ana Botella jugando a los ayuntamientos. Gallardón a ser un salomón rencoroso. La propia Susana Díaz opinando dónde se tiene que operar el Rey. Felipe González ejerciendo de millonario. Aznar creyéndose divino por la gracia de algún dios vallisoletano… La lista, interminable. Y el grueso de la tropa, con plomadas en las pelotas, directos al infierno de la supervivencia. Espuñeta, sin duda.

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