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Ganaremos algunos euros

Víctor Vázquez

La SGAE cobra de todo soporte donde se pueda guardar un archivo. Presunción de culpabilidad increíble en un Estado de Derecho. Si añadimos que pretenden bloquear las páginas de descarga gratuita, deberían -eufemismo- sacar el plus que cargan en los formatos vírgenes. ¿Lo harán?, pues actualmente, por mucha defensa rebuscada que pretendan, nos piden que paguemos por guardar hasta las fotos de nuestros propios cumpleaños.

El asunto está claro: si sólo queremos escuchar ya tenemos Spotify, si queremos guardar, ya pagamos peaje en los cd, dvd o discos duros. Pago doble, pretenden, ¿quizá para seguir especulando? Peluquerías catalanas con clientes que se traen de casa la propia música y donde el pobre barbero, por error, terminará cortando el cable del i-pod al arreglar las patillas; residencias de ancianos que únicamente pueden ver la televisión de tan cojos haciendo bote para la sociedad de autores, bodas donde se cuelan como vampiros tomando canapés, por aquello del disimular, mientras anotan lo que bailan los amigos borrachos del novio. ¿Para cuando exigirán el pago por poner la radio, aunque no la pongan, en un monovolumen que comparten siete personas?

La Comisión Nacional de Competencia lo tiene claro: “Tarifas discriminatorias”, “,monopolio”, “afán recaudatorio”, el canon digital no tiene en cuenta “el uso efectivo”. Los piratas auténticos se defienden hablando de informe sesgado. Pobres victimas que además no saben manejar la millonada que se llevan a la buchaca y se meten en negocios que no les corresponden para intentar sacar tajada del aire, perdiendo hasta el parné de algunos guitarristas y teniendo que, para compensar, ajustar plantilla con despidos de empleados que cuando se ven fuera, ahora sí, hablan de la gestión de mierda que sale del cerebro parásito que habita en el edificio modernista de Alonso Martínez.

Pasemos a otro del clan. Adivinanza: Él no volaría con su propia compañía, pero ha vendido plazas a la mitad de los peruanos que viven aquí con un año ahorrando para pasar las navidades en su tierra. Al final, salvo los apañados por Fomento sin regreso, han tenido que exprimir el crédito y pagar un segundo billete. La culpa es del juez que le ha embargado los aviones cuando no tenía ni el suelto para combustible. Qué malo es el juez.

Ad latere: Antológica la intervención, puro arte urbano, realizada sobre el cartel de la SGAE hace unos días: Seguro Ganamos Algunos Euros…

http://barboletta.blogspot.es
 

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