Los responsables de cualquier medio de comunicación escrito deben estar asustados con los cambios en nuestra forma de recibir información producidos en los últimos tiempos, acentuados tras el fenómeno de tweeter y wassap. Yo mismo soy consciente de que poca gente leerá completo este artículo que escribo, ni seguramente cualquier otra de las publicaciones que expongo, aquí o en mi blog. Nadie, o casi nadie, lee actualmente textos largos salvo que le resulten de especial interés. Y aún así, deben estar muy bien estructurados, con claras separaciones entre sus partes, acotaciones de lo más importante y resaltes visuales en forma de colores, diferentes tipografías o estilos de letra.
El auge de Intenet, el desarrollo de las ‘redes sociales’ y los móviles inteligentes, cambia, mucho, nuestra forma de relacionarnos con la palabra escrita. La inmediatez de la comunicación fuerza a que las noticias sean novedad durante un tiempo muy pequeño, dejando fuera de juego las referencias a sucesos importantes que tuvieron lugar hace simplemente dos o tres días. Los múltiples enlaces, interacciones entre conversaciones y acompañamiento de imágenes o citas añadidas permiten a cualquiera profundizar en cualquier tema tanto y tan rápidamente como quiera.
Perjudica sobre todo a los medios impresos, la prensa tradicional. Cuando un diario se publica, cada mañana, muchas de sus noticias y comentarios han sido superados, ampliados e incluso desechados, en el mundo virtual. La prensa escrita atraviesa una crisis de la que nadie sabe si saldrá, puesto que es, sobre todo, la juventud la que utiliza sólo la prensa virtual, y la mayoría de las veces únicamente para apoyar sus propias intervenciones.
Más importante y de mayor calado es la cantidad de información accesible en todo momento. Cantidad de temas pueden ser tratados en multitud de conversaciones simultáneas (en muchas ocasiones mostrando la poca educación del que ignora a quienes están con él) En ese tipo de relación es fundamental la brevedad. Es un duro ejercicio de redacción decir algo interesante en los famosos 140 caracteres. Acompañados de vínculos a otros textos (muchos procedentes de la prensa escrita) o imágenes, las ‘conversaciones’ entre ‘amigos’ se convierten en verdaderos foros de debate y fuente de información inabarcable. También el concepto de “conversación” y de ‘amigo’ ha cambiado profundamente.
Esta situación ha colocado en claro declive al ‘fenómeno blog’, tan en boga hace pocos años. Mucha gente abría una página, gratuita o no, en la que contaba sus cosas, experiencias u opiniones sobre muchos temas. Ahora la difusión está en las redes sociales, y siempre con mensajes breves y muy claros. Sigue habiendo blogs, y muy interesantes, pero la mayoría, los más ‘normalitos’ (entre ellos el mío) están de capa caída y en proceso de desaparición.
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