Estos días, se especula con la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero no se presente a la reelección por tercera vez como presidente del Gobierno. Algunos hemos llegado a pensar que ha escuchado que los ex presidentes Felipe González y José María Aznar ganan sueldos astronómicos en el sector público, y que él está deseando pasar a ser “ex”, para que le contrate alguna empresa privada, y poner el cazo. ¿Quién podría contratarle? Cualquier empresa de publicidad: “No hay crisis, compre usted nuestros productos bien tranquilo”, asegurará el político.
Muchos militantes socialistas están convencidos de que si se presenta a las elecciones nuevamente, no sólo no ganará, sino que el problema es que la debacle puede ser tan grande que relegará a su partido al mínimo. Dice el camarero del bar de debajo de mi casa que no entiende de política y que le dan igual unos que otros, pero que antes, cuando estaba “el del bigote”, entraba gente en su bar, “y ahora la cosa está muy parada”. Y esta idea me resulta más indicativa como termómetro electoral que muchas encuestas del CIS.
Sin embargo, en su línea habitual, el presidente del Gobierno no ha hablado claro al respecto, se limita a dejar caer la idea, por si acaso. Parece que quiera aferrarse al poder, y que esté a la espera de ver el resultado de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo. Si el PSOE no obtiene un descenso catastrófico de votos, seguro que el hombre se mantiene a la cabeza de la lista de su partido.
Como es habitual, cuando un líder se va, nada se muere en el alma, sino que lo que ocurre es que nace la carrera por la sucesión. Ocupaba la Pole Position hasta ahora Rubalcaba, que es uno y trino, según el presidente extremeño. “Sin Zapatero, el PSOE tiene tres candidatos: Alfredo, Pérez y Rubalcaba”, dijo Guillermo Fernández Vara. Pero ahora, al vicepresidente primero le han crecido los faisanes, por lo que ya no está tan claro.
Así las cosas, empieza a tomar posiciones Carme Chacón, que estos últimos ha dicho, y Vara está de acuerdo con ella, que España está preparada para una candidata, mujer, y catalana. Sobre este asunto, hay que reconocer que ha tenido su gracia Alfonso Guerra, con el que por una vez no puedo sino estar de acuerdo. España está preparada para “cualquier líder”, ha dicho el presidente de la Fundación Pablo Iglesias y de la Comisión Constitucional del Congreso, ya sea hombre o mujer. Pero lo que hace falta, es que “los líderes estén preparados”. Esto último, por el momento, no está muy claro.
