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La Ley Antitabaco salvará miles de vidas

Juan Julián Elola

El presidente de la Organización Médica Colegial de España, Juan José Rodríguez Sendín, calcula unos 5.000 muertos menos cada año por la nueva Ley del Tabaco, que desde el propio Colegio de Médicos han apoyado. No sólo eso. Asegura que desde el primer día se va a notar una disminución de las crisis asmáticas infantiles. Aunque sólo sea por esto, es motivo más que suficiente para apoyar la Ley. Y durante el próximo año se notará una disminución de las reagudizaciones en enfermos pulmonares crónicos, y en las crisis cardíacas. Esas son las verdaderas razones que deben llevar a no vender apoyos irracionales a una medida que no es económica ni de ocio, sino exclusivamente de salud. Y de la salud de la mayoría. Por tanto, para discutir sobre ella es de salud de lo que deberíamos hablar, no de aspectos secundarios. Añadido: un 5% de fumadores dejarán de fumar.

Respecto al ruido despertado, es lógico que se produzcan algunas excepciones dentro de la aplicación con normalidad de una regulación sobre el tabaco, del que tanta gente es esclava. Los fumadores se alteran porque su organismo rechaza situaciones en que no puedan fumar. Reconocerlo sería el primer paso para dejarlo. Sin embargo, es vergonzoso el tratamiento que han dado los medios de comunicación a estas escasas ‘insumisiones’ a la Ley (unas pocas en toda España). El propio Rodrí-guez Sendín ha competente el hecho de que los informativos hayan aumentado esta anécdota a la categoría de noticia como algo “indecente”. Parece que tenían más interés en mostrar a los cuatro rebeldes, que en hablar de los miles de personas que verán su vida alargada gracias a esta norma, o de los niños que no ingresarán este año en el hospital por crisis asmática aguda.

En el lado del populismo, Rajoy dice que no se acuerda de qué votó durante su aprobación. Palabras textuales: “Nosotros no hemos votado la Ley Antitabaco. Creo que nuestra posición fue de abstención”. Pues resulta que votaron a favor de las prohibiciones. Es más, su portavoz afirmó: “Estamos ante el principal problema de salud pública de España”, y valoró la Ley como “una intervención legislativa plenamente justificada". El afán electoralista por los votos de algunos fumadores mueve a Rajoy a no querer reconocer su posición, cuando debería estar defendiendo con firmeza sus argumentos, en este o cualquier otro asunto. ¿Se acordará de qué opina y qué vota en otros temas? Él, que aspira a ser presidente de España, alcanza el ridículo con esas indecisiones. Da igual que no sepa qué vota, que no se acuerde o que no quiera reconocer que votó a favor. Y por supuesto, no la derogará en caso de ganar las elecciones.

El impacto social se irá mitigando, como ha pasado en todos los países que han adoptado estas medidas. Seguramente en unos años nos hayamos acostumbrado tanto, que nos resulte extraño recordar que antes se podía fumar sin límite en los bares. Igual que vemos totalmente normal subir al coche y ponernos el cinturón de seguridad. Cuando paseo por nuestras oficinas me resulta sorprendente pensar que no hace mucho tiempo estaba permitido fumar. Incluso hace un  poco más se fumaba en los hospitales. Ahora resulta impensable que se pueda volver de ninguna manera a esa situación. Ni los propios fumadores lo pedirían.

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