Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Por qué lo llaman política cuando quieren decir marketing

Marzo de 2007. El Ayuntamiento anuncia que Madrid tendrá un parador en la Plaza Mayor. Se ubicará, concretamente, en la Casa de la Carnicería.

Agosto de 2007. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, anuncia que la Plaza Mayor tendrá un hotel. Ya no está tan claro que sea un parador, pero, promete el alcalde, habrá un hotel. 

Julio de 2009. El Ayuntamiento anuncia un concurso para la explotación hotelera de la Casa de la Carnicería. La adjudicación, dice Gallardón, será en abril o mayo de 2011. El alcalde no descarta la idea de un parador. 

Febrero de 2010. El Ayuntamiento anuncia que la Casa de la Carnicería será un hotel, tras aprobar la modificación pertinente del Plan General de Ordenación Urbana. Ya nos hemos olvidado del Parador: el inmueble es demasiado pequeño para ello, un hecho que, al parecer, el Ayuntamiento tardó tres años en constatar. 

Marzo de 2014. El Ayuntamiento anuncia un concurso para la explotación hotelera de la Casa de la Carnicería. Sí, otra vez. Se planea que las obras comiencen en 2016.

Noviembre de 2014. El Ayuntamiento anuncia que avanza su proyecto de un hotel en la Plaza Mayor.

Siete años después, lo único que tenemos en la Casa de la Carnicería es un edificio semi-abandonado que se ha ido deteriorando tras más de un lustro sin uso. Las oficinas municipales que antes estaban allí están ahora desperdigadas por otros locales del Distrito Centro, pagando un alquiler que sale del bolsillo de todos los madrileños. Pero no cabe duda de que en un par de meses el Ayuntamiento nos volverá a contar que habrá un hotel en la Plaza Mayor. 

El caso de la Casa de la Carnicería es grave, pero lo traigo aquí como mero ejemplo, muy bueno eso sí, de cómo el Ayuntamiento hace política, o más bien marketing. Se trata de dar titulares, vender fuegos de artificio que luego se quedan en nada o cuestan una fortuna para el servicio público que dan, como sucede con la Caja Mágica o el Palacio de Cibeles. Es una forma frívola de actuar que viene de lejos, en la que los dirigentes políticos hablan por hablar sin el más mínimo rigor técnico: ¿Se acuerdan cuando, tras el asesinato del joven Álvaro Ussía en la discoteca Balcón de Rosales, el vicealcalde Cobo prometió en ese local una biblioteca municipal, sin reparar en el pequeño detalle de que el ruido de la maquinaria anexa del teleférico impide el uso diurno del inmueble? ¿Cuántas veces en esta legislatura el PP ha hablado de su nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que dibujaba una ciudad de ensueño plagada de bulevares? Ahora reconocen que será labor del próximo alcalde, pero ya han logrado su objetivo: vestir lo desnudo de su gestión con anuncios que no cumplirán porque ya no estarán al mando. 

Son buenos tiempos para los charlatanes, para envoltorios brillantes y atractivos que esconden proyectos huecos. La buena gestión no tiene nada que ver con eso. No podemos permitir que digan política cuando quieren decir marketing. 

Loading

Loading

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

Últimas Noticias

Scroll al inicio