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Los 80 están de moda

Si escuchas la frase “me estoy volviendo loco” y no se te va la cabeza directa a una estrofa, quizá sea mejor que dejes de leer. Incluso si lo cantas pero no cierras los ojos para ver a Perico Delgado en uno de esos ataques de infarto en nuestras sobremesas del verano.  Y es que acabo de leer que se reedita la discografía de Azul y Negro (Con los dedos de una mano,  No controlo nada, Mercado Común…) No es un hecho aislado, y son muchos los grupos que, junto a ellos, vuelven a editar sus discos, o vuelven a los escenarios para recordarnos sus mejores momentos, que fueron también los nuestros.

No cabe duda que los 80 cada día están más de moda. Era previsible por la cantidad de “maduros” actuales,jóvenes en aquella época: los hijos del baby-boom de los 60 y 70. Echamos de menos “aquellos tiempos” y los revivimos en lo posible. Series de televisión, la música, la moda, los personajes, remakes de películas y series antiguas (que no se esfuercen, ni Mc Gyver, ni kitt,  ni los lagartos de V serán lo mismo por muy bien hechos y realistas que resulten ahora), locales, fiestas y mercados se visten a menudo de “los 80” como reclamo. Y parece que nos apuntamos y contagiamos a otras generaciones para que se apunten. La famosa movida, los partidos de fútbol de la época, incluso las noticias y el qué pasó con… se devoran con avidez.  Lo añoramos o, como dijo el poeta,  cualquiera tiempo pasado fue mejor. Y queremos imitar cómo fuimos. O mejor, cómo creemos ahora que fuimos, porque el tiempo nubla los recuerdos y tendemos a acordarnos mejor de lo bueno.

Pero nos falta el espíritu de aquel tiempo. Aunque me gusta, y me lo paso bien, hemos de reconocer que vivimos la parte frívola de nuestra juventud. La parte participativa, activa, de compromiso y reivindicación no está siendo revivida. Qué se le va a hacer. Quizá eso no hemos sabido contagiárselo a nuestros hijos y ahora nosotros ya lo hemos perdido. También es posible que la falta de vida en la calle, que vivíamos como algo habitual y era nuestra forma natural de relacionarnos, merme la posibilidad de participar activamente en la vida de la ciudad. O, seguramente, solo es que me estoy poniendo nostálgico y veo las cosas mejor de lo que fueron. Más cerca de cómo yo quise vivirlas a de cómo realmente sucedieron.

En fin, lo seguiré disfrutando y viviendo de otra forma: en la forma actual. Nadie puede negar que acordarte de un momento en que eras joven y todo te parecía posible es mucho más divertido que cumplir los 50

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