Mediados los sesenta y en Lima aparecen Los Saicos como una pedrada que décadas después se han ido recuperando para la iconografía musical cuando todo prometía un olvido más que prematuro. Cómo cuatro chicos cuya influencia era Elvis consiguen sacar de la entraña lo que muchos, y no sin razón, ven como un punk adelantado más de una década. Ni ellos mismos lo saben. Erwin Flores, cantante y principal compositor, que ha pasado por Madrid estos últimos días, lo explica sin tapujos para el ABC: “Fuimos iconoclastas por ignorancia”. En lo musical ocurría un poco lo mismo, imposible canalizar cualquier posible influencia pues cómo llevarlo a la práctica. Es por eso que suene todo tan fresco, tan natural y tan pasado de rosca, también, pero eso es parte de su encanto. No se les puede negar auténticos descubrimientos en crudo. Flores, siempre que se le pregunta por esa manera de gritarle al micro con la voz subiendo con una sierra por la garganta –El entierro de los gatos-, lo tiene claro, si no sabes cantar, gritas… Temas sesenteros pasados por una trituradora con la inocencia de un vandalismo inconsciente.
Lo del punk tiene sus matices, pues si bien compartían esa frustración canalizada sobre todo en su himno Demolición y en joyas como Fugitivo de Alcatraz o Salvaje, en realidad los limeños ni tenían ese punto destructivo ni pretendía ir contra ningún sistema. Sólo eran adolescentes con energía queriendo ser James Dean y cogerle el auto al padre para darle al pedal todo lo que pudieran y encamar, como dicen ellos, a las que se pusieran a tiro. A estas alturas, qué fue el punk como movimiento si no un puro marketing dirigido por unos pocos y aprovechándose de hordas de marginados que sí se lo creían. No nos olvidemos que la punta de lanza, The Sex Pistols, fueron un puro producto de laboratorio de y para descerebrados dirigido maestramente por Malcolm para canalizar la rabia de una generación No Future! Y aunque el resultado social y musical fuera importantísimo. Lo que está claro es Los Saicos –que al principio iban a llamarse Los Sádicos- no fueron un montaje, al contrario que muchos de sus primos british la década siguiente y que celebran el «año del punk» este 2016, con bendición de la Reina, aprovechando los cuarenta añazos de Anarchy in the UK y devorados por el sistema.
