Durante la pasada campaña electoral a las Municipales, la candidata de Ahora Madrid, la ex juez Manuela Carmena, de cuya inteligencia y trayectoria nadie puede dudar, mencionó que no le gustaba la decisión de haber hecho de la provincia de Madrid una Comunidad Autónoma. Lógicamente, los partidos del régimen y sus voceros periodísticos y en redes sociales, se echaron las manos a la cabeza como si eso fuera una insensatez. Pues no.
Madrid, recordémoslo, era una provincia que desde 1833 hasta 1981 (casi siglo y medio) perteneció a la región de Castilla La Nueva. Antes de eso, la historia de Madrid siempre había estado vinculada al Reino de Castilla, y ha basculado a lo largo de los siglos entre el origen de su repoblación procedente de Segovia, y su vinculación política y económica al valle del Tajo y a Toledo, la antigua capital imperial. Sin olvidar que Felipe II instaló en Madrid en 1561 la capital de Castilla –y, por extensión, de las Españas.
Sin embargo, durante el proceso constituyente, y con el argumento de que su importancia económica y política desequilibraría a la futura Comunidad de Castilla-La Mancha, la entidad autonómica que sustituiría a Castilla La Nueva, los políticos del “régimen del 78”, sin consultárselo a la ciudadanía y con el apoyo evidente de los partidos nacionalistas (CiU y PNV), decidieron separar Madrid de su matriz castellana, y convertirla en una antinatural Comunidad uniprovincial, separada de la Meseta norte por la sierra de Guadarrama y de la Meseta sur por… ¿algo más que un interés partidista? A nadie se le oculta que a los partidos nacionalistas de la Periferia (vascos y catalanes), una Castilla desunida, dividida en cinco comunidades, facilitaría mucho el proceso descentralizador y su agenda oculta de independencia a medio plazo. Para ellos era evidente que, ya que “Castilla hizo España”, solo se podrá “deshacer España” destruyendo o dividiendo a Castilla.
Ahora que tan de moda está recuperar debates perdidos, y puestos a hacerlo, hagámoslo con un debate sereno sobre la pertenencia de Madrid a Castilla. Madrid ES Castilla. Deberíamos haber sido consultados los madrileños sobre nuestra adscripción a una Comunidad u otra. Hagámoslo ahora. Yo abogo por integrarnos en Castilla-La Mancha, aunque lógicamente con un estatuto especial para el Municipio de Madrid. Como no estamos en una Federación, no podría llamarse “Madrid D.F.” (Distrito Federal). Pero sí “Madrid C.R. (Capital del Reino)”. Puestos a pedir…
