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Madrid sin coches

Las grandes capitales tienden a limitar el tráfico de vehículos en su zona centro. En muchos casos se prohíbe completamente. Es la única alternativa a la situación de colapso que viven los cascos urbanos, en muchos casos concebidos para el  transporte antiguo y mucho menos numeroso que el actual. Por tanto, considero que lo más probables es que veamos restringida la posibilidad de entrar en nuestros coches al centro de Madrid, seguramente en breve.

¿Cómo espero que se produzca este cambio, tan radical, en la organización del tráfico? Pues siempre he creído que se hará de forma progresiva, poco a poco, con una gran campaña de información a los vecinos sobre cuáles son los pasos que se van a ir dando y qué se espera de ellos. La gente no es tonta y, aunque todos sabemos qué es lo que se pretende, no está de más que se nos cuente por qué cada decisión, cuáles eran las diferentes opciones, y qué objetivos se van cubriendo. Todo esto consultado y compartido con unos madrileños que deben ser partícipes del futuro de su ciudad, aparte de tener todo el conocimiento sobre lo que se vaya a hacer al respecto.

Nada de esto hemos visto en la peatonalización de parte de la zona centro de Madrid estas navidades, que para la mayoría se ha convertido en una gran incógnita sobre su alcance, duración o fechas y vehículos a los que afecta. No cabe duda de que bajarán los niveles de contaminación (en parte por la lluvia) pero la pregunta es si es ese exclusivamente el objetivo que se perseguía. Desde mi punto de vista el plan debe ser mucho más ambicioso, tanto en el tiempo como en su extensión, y las intenciones deben ir mucho más allá que una puntual y temporal mejora en la calidad del aire que respiramos. Debemos aspirar a que actuaciones que disminuyan la posibilidad de entrar con nuestros vehículos al centro sirvan para concienciar de su utilidad y para mostrar los beneficios del transporte público, sobre todo.

Para ello, claro, habría que haberlo planteado así desde el principio. No es lo más recomendable una prohibición por sorpresa, sin delimitaciones claras en cuanto a su duración o las calles afectadas, y sin una ampliación de las posibilidades de transporte público, especialmente en las horas punta comerciales, distintas de las laborales.

Así que sí: que el Ayuntamiento establezca un buen plan para una peatonalización progresiva del centro; que plantee objetivos ambiciosos; que lo debata con comerciantes y vecinos; que estudie y programe las mejoras de transporte público necesarias; y que se implante de manera progresiva, lenta y muy informada. Sería mejorar la calidad de vida de los que aquí vivimos.

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