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La maquinaria ya está en marcha

La maquinaria ya está en marcha. Los partidos políticos se preparan para una nueva, larga y tediosa campaña electoral. Un insufrible cumulo de poses, frases hechas y grandilocuentes, pero vacías de contenido. Ahora nos hablan de ahorrar dinero en la campaña electoral, incluso se sientan a negociar los gastos y reducir los costes. Todo esto suena a gran tomadura de pelo, a gran estafa. Los mismos que han sido incapaces en ponerse de acuerdo (casi mejor), los mismos que ni se llaman por teléfono, los mismos que se insultan de manera continuada, los mismos que no tienen claro lo que es España, ahora si deciden sentarse a analizar los gastos de una campaña electoral que nos podían haber evitado y cuyos resultados parece variaran poco de los obtenidos en Diciembre.

Una reciente encuesta nos comenta que 8 de cada 10 electores no cambiara su sentido del voto respecto a las últimas elecciones. Si esto es así, para el próximo 26 de junio se prevén pocos cambios. Otra encuesta afirma que gran mayoría de los electores deciden su voto en función de la campaña electoral. Ya sabemos que el español, entre otras muchas cosas y al igual que gran parte de la izquierda, poseemos una “virtud”, decir una cosa y hacer la contraria.

No  me parecen fiables las encuestas y mucho menos en estos momentos de hartazgo mental y desconcierto generalizado. Lo único que parece asegurado es que los cabezas de lista de los carteles electorales serán los mismos que en las elecciones de 20 de diciembre. Si acaso algún retoque por necesidad o por mor de alguna imputación o problema jurídico, que el acuerdo Potemos e Izquierda Hundida es ya un hecho, solo faltaría matizar quien pagara los 14 millones de euros que deben estos últimos, y que Ciudadanos se mueve muy bien en la ambigüedad, una ambigüedad que si bien no puedo con ella, a Albert Rivera parece que le renta.

Aquí ya no hablamos de ideología o programas que nadie lee. Algunos candidatos socialistas sostienen que la ideología no es un problema para llegar a entendimientos con el Partido Popular, que el problema es la “aplicación de las políticas”. Alguien debería explicarnos que es eso de la aplicación de las políticas. Ya nadie tiene ninguna duda de que esta primera legislatura de Mariano Rajoy es la tercera de Rodríguez Zapatero. Solo cambian nombres de personas que nos pueden caer mal o peor, pero que en poco se diferencian respecto de sus políticas  sociales o económicas que aplican. Nos venden diferencias o percepciones que en verdad no existen.

El panorama político español lo componen dos grandes bloques formados por distintos partidos, que incluso se entre mezclan entre ellos. De uno, el liberal social demócrata y de otro,  el social comunista, aquí caben desde los “transversales “de Potemos hasta los comunistas de Izquierda Hundida, con pocas diferencias ideológicas entre ellos, en cualquier caso, como he comentado antes, solo económicas. Saber quién paga la deuda., quien se hace cargo de la factura de la ultima “fiesta electoral”.

Por lo demás, todo sigue igual, excepto que Esperanza Aguirre acaba de descubrir ahora la deriva social demócrata de su partido. Nunca es tarde si la dicha es buena. Incluso se atreve a solicitar un cambio de candidato. Espero que en este mismo lote de cambios incluya también a Cristina Cifuentes. De Cistina se pueden decir muchas cosas, entre ellas que sería la candidata ideal del partido socialista, pero seguro que en Ciudadanos también encajaba.

Javier Garcia Isac / Una Hora en Libertad .​

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