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Más bici, mejor ciudad

Los desplazamientos en bicicleta son buenos no sólo para el que los practica,  sino que suponen un beneficio para toda la ciudad, especialmente importante en aquellas, como Madrid, que tienen un problema -denunciado por la Comisión Europea- con la mala calidad de su aire. Son una alternativa no contaminante, no ruidosa y al alza, pero desde el Ayuntamiento se debe trabajar para fomentarla, primero con la construcción de vías ciclistas y luego facilitando e impulsando el uso de la bici. En este último caso, hablamos de dar un último empujón a los indecisos, provocando que en las calles haya un coche menos y una bicicleta más. Hablo, en parte, por experiencia propia: no es tan difícil como parece coger la bici para ir a trabajar y, por cierto, cuando se adquiere el hábito también lo agradece el bolsillo.

¿Cómo dar ese empujón? Unión Progreso y Democracia presentó una propuesta al respecto en el Pleno Municipal de julio. Constaba de nueve puntos, siendo el más importante la implantación, de una vez, de un servicio municipal de alquiler de bicicletas, una eterna promesa del equipo de Gobierno de la ciudad. Pedimos una oferta ambiciosa, que garantice la disponibilidad de bicicletas en origen y destino y con la tecnología necesaria para facilitar y fomentar su uso entre los madrileños. El PP votó en contra: “Ya lo estamos haciendo”, dijeron. Ojalá (se habla de marzo de 2014, con tres años y medio de retraso sobre lo prometido) sea verdad esta vez.

También proponíamos que los aparcabicis hoy existentes situados frente a polideportivos, centros culturales, colegios, oficinas, áreas intermodales de transporte, aparcamientos públicos y de residentes, universidades…, se trasladasen a los vestíbulos de esos edificios para evitar así robos. Pero el PP votó que no.

Como muchas veces los desplazamientos de casa al trabajo y viceversa son demasiado largos para hacerlos solo en bicicleta, también creemos que es importante facilitar el uso combinado del transporte público con la bici, impulsando la intermodalidad y los llamados desplazamientos de último kilómetro en dos ruedas. En definitiva, hay que pensar también en la bici como ‘usuaria’ del transporte público, pero al PP tampoco le pareció interesante esta aportación y también votó que no. 
En fin, podría detallarles más puntos de la propuesta, y ya adivinan que opinó el PP al respecto. Son las consecuencias de enfrentarse a un grupo que, tras más de 20 años de mayoría absoluta, ha llegado a la curiosa conclusión de que todo lo hace bien, a pesar de que casi todo lo hace solo. Y aunque sería ridículo negar los aciertos del Ayuntamiento de Madrid, aquí simplemente no llevan razón. “Desde hace años se realiza un gran esfuerzo en la ciudad de Madrid para fomentar el uso de la bici que, además, nos ha dado grandes avances”, dijo en el debate de nuestra iniciativa el delegado de Medio Ambiente y Movilidad. Sin embargo, un reciente y muy completo informe de la OCU situaba a Madrid como la última ciudad española, entre las 11 analizadas, por la calidad de sus vías ciclistas, una clasificación en la que destacan Sevilla, Zaragoza, San Sebastián, Vitoria y Barcelona. Dice la Organización de Consumidores que las vías ciclistas de Madrid “son kilómetros construidos preferentemente en el extrarradio, sin conexión alguna con el centro urbano, limitando así su uso a los paseos de ocio del fin de semana. Una oportunidad perdida”.

¿Con cuál de estas dos opiniones contrapuestas se quedan? Si son ustedes ciclistas habituales por Madrid, creo que sé la respuesta.

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