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Más Europa

Juan Julián Elola

 

Ahora que han pasado totalmente las elecciones europeas, tenemos la mejor oportunidad para hablar de Europa. La campaña electoral lo ha emborronado todo y hemos perdido una estupenda ocasión de conocer las políticas europeas y qué representan para nuestros países. En cada nación los debates se han seguido basando en lo que nos separa, más que en lo que nos unifica.

España, donde más de la mitad de los ciudadanos se considera muy europeo o bastante europeo, no ha escapado indemne de la marea abstencionista que ha barrido la Unión. Tampoco de un enfrentamiento tradicional entre la izquierda y la derecha española que se ha ocupado de lo interno sobre todo, y muy poco de lo que está más allá de nuestras fronteras y más cerca de Bruselas.

Ha llegado el momento de que se dé publicidad a ese 60% de leyes que nos afectan y que se deciden a nivel del Parlamento Europeo. De saber qué es y qué nos aporta la Unión Europea y, sobre todo, qué puede aportar nuestro país a ese nuevo Estado. Es tiempo de conocer esa identidad que pueda hacernos a todos sentirnos un poco más europeos e incentivarnos en mayor medida a participar en estos procesos electorales que, lo niegue quien lo niegue, han sido un rotundo fracaso de la democracia en todo el Estado Europeo, convocatoria tras convocatoria.

Solidaridad, apoyo y justicia social son, más que palabras profundas, los valores implantados en nuestro continente por la socialdemocracia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Resultan el distintivo que identifica a la Unión Europea y que se contraponen al individualismo y la caridad que importa al exterior la política estadounidense. No dudo que la mayoría de mis conciudadanos, especialmente quienes se consideran europeos, conocen y aceptan el significado de Europa, del Estado del Bienestar y de su trascendencia mundial como paradigma de los logros políticos que benefician a la mayoría.

Europa debe poder convertirse en el ejemplo de acciones que ponen por delante el interés colectivo y el desarrollo global, en referente social para otros países. Debemos tener la ambición de consolidar el ‘Estado del Bienestar’, que tanto ha costado implantar, y de exportarlo, como forma de hacer política que genera un gran atractivo para muchos pueblos. La construcción de la Unión Europea es un hecho de gran importancia y, en la era de la globalización, será vital si queremos que exista una potencia que pueda plantear soluciones alternativas al actual ‘modelo americano’.

En estos momentos la Administración norteamericana de Obama gira su orientación hacia  la cooperación, y plantea ampliar las cotas de protección social de sus ciudadanos, imitando a Europa. No puede ser que nosotros dudemos de nuestra propia seña de identidad y no aspiremos a vernos reflejados en los patrones políticos que se establecen en los países emergentes, tan necesitados de distribución equitativa y de solidaridad entre pueblos.

Para ello debemos, sin duda, conseguir unificar más nuestras políticas y dar más poder al Parlamento Europeo. Crear más Europa. Y ello pasa por implicar a los ciudadanos en este sueño. Si es precisamente el interés ciudadano el que pretende guiar nuestras acciones, no es posible seguir adelante sin tener en consideración la opinión de los votantes, que siguen dando la espalda en las urnas al proyecto europeo, seguramente porque no lo entienden.
 

Diputado por Madrid en Las Cortes Generales
VIII Legislatura
 http://elola.blogia.com

 

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