Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
05.jpg

Memoria histórica y Garzón

Víctor Vázquez

Me veo obligado, a modo de preámbulo, a empezar a escribir sobre la Memoria Histórica cuando mi idea inicial era hacerlo exclusivamente sobre el juez Garzón. La Memoria histórica: una buena idea mal gestionada y mal definida.

Primer matiz: Es de Justicia -con mayúsculas- el poner orden ético en lo que no se pudo juzgar por oscurantismo en su momento y no se puede juzgar convencionalmente en la actualidad, legalidades aparte, por una cuestión de pura practicidad.

Segundo matiz: Es imposible, como pretenden algunos, restañar consecuencias hasta el punto de regresar al status quo inicial  -de pre-guerra- con daños que, por mucho que se deseara lo contrario, son irreparables.

Tercer matiz: El que no conoce su historia está condenado a repetirla, dicen…; es importante conocer el pasado para aprender en el presente y no reventar el futuro en la medida de lo posible. Otra cosa es que somos tan lerdos que hacemos lo que no haría nunca un animal: darnos dos, tres, infinitas veces contra el mismo muro. ¡Cuidado!

Cuarto matiz: El concepto Memoria Histórica es un error etimológico que denota, consciente o inconscientemente, la parcialidad o subjetividad de lo que viene detrás. Son palabras incompatibles por su propia esencia.

El resultado de todo esto, repito, mal gestionado, es que la cicatriz que unía los dos bandos guerracivilistas está cogiendo color de tanto rascarla, y que algo tan anacrónico como la Falange tenga plus de publicidad.

Difícil es encajar en el Derecho una Ley de Amnistía (1977) de utilidad innegable en la Transición. Dinamitarla tiene sus peligros y, por eso, una de las ideas es saltarla sin que sufra ni un roce por los servicios prestados: darle un extra a la dictadura franquista como genocidio y así poder abrir la veda por crímenes de lesa humanidad. Paradójico resulta que sea la izquierda más a la izquierda la que reniegue de la ley del punto y aparte cuando fue en su momento el Partido Comunista el que más promocionaba su necesidad.

Difícil es encajar en el Derecho una ley lavadora de bombo enorme en la que entran cuarenta años como si nada. Opinable es su legalidad última y discutible. Quién puede entrar a juzgar (¿Pinochet si y Franco no?). Opinable y por lo tanto sujeta a la posibilidad de criterios dispares. De ahí a la prevaricación va un abismo, pero claro, estamos en un Estado de Derecho donde los límites entre poderes han creado su propio Schengen y se cruzan fronteras como quien pide fuego. ¡Fuego!
 

Loading

Loading

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

Últimas Noticias

Scroll al inicio