Comienza ya un nuevo año, y tras las fiestas navideñas es el momento de afrontar los retos que el mañana nos pone delante de nosotros. Estos días han sido momentos de paz, de encuentros familiares, de felicidad y de celebración. Y hasta el Día de Reyes aun son momentos para disfrutar con la familia y en especial con los más pequeños, pero no podemos perder de vista el importante año que los españoles tenemos por delante.
2015 será un año muy importante en el plano económico. Será el ejercicio en el que veremos si la incipiente recuperación de la economía se asienta y va a más. Más allá de las cifras macroeconómicas –que no paran de mejorar- confiemos en que la recuperación sobrepase el ámbito de los titulares de prensa y llegue a las familias que más lo necesitan. Los responsables políticos no hemos de caer en el triunfalismo y mientras haya un solo parado, hay que seguir trabajando por el empleo y la mejora económica.
Pero 2015 no solo será importante en lo económico, sino que será el año clave para solucionar –o agravar- la crisis política que vivimos en España. Será el año en que las medidas anticorrupción y de regeneración política se pongan a funcionar. Es justo reconocer la gran cantidad de reformas que en este ámbito ha puesto en marcha el gobierno. Medidas como
Y como afortunadamente estamos en una democracia, 2015 será año electoral, y los ciudadanos podrán dar su opinión sobre estos y otros asuntos. Primero en mayo eligiendo alcaldes y parlamentos autonómicos, y posteriormente en noviembre renovando el Congreso y el Senado. Entonces será el momento de constatar con qué apoyos cuenta cada cual, más allá de encuestas con una u otra intención. Al 2015 en este sentido lo que le pido es que el pueblo español siga, como dijo el presidente Rajoy hace pocos días, en la senda de la estabilidad política e institucional. Feliz año a todos.
