Algunos nos quieren sojuzgadas y dependientes. Subvencionadas y desvalidas Débiles y financiadas. Son los paternalistas del colectivismo de todos los partidos.

Como liberal que soy, no creo en cuotas ni en determinismos. Las mujeres no nacemos víctimas y no necesitamos a ningún macho alfa que salga en nuestra defensa.Algunas incluso somos abstemias y, sin embargo, queremos penas duras para agresores sexuales. Prisión permanente revisable para asesinos y violadores de mujeres como Diana Quer. Quien murió por decir “no”. Algo que otras, que se dicen feministas y no lo son, no quieren.

Menos pena de cárcel, pedía la actual Directora del Instituto de la Mujer, el día de la condena de “el Chicle”. Queremos que los mejores ocupen los mejores puestos, como es la obligación de quienes representan a la sociedad española. No creemos en colectivos que subsumen a la mujer hasta hacerla desaparecer y sustituirla por ideologías demodés que lo que buscan es destruir las sociedades libres.

Sin cuotas, el Partido Popular ha tenido a la primera mujer presidenta del Senado, del Congreso, ministras, alcaldesas, presidentas de Comunidades Autónomas. Y todas y cada una de ellas han llegado hasta dichas posiciones por su capacidad y mérito. Rompiendo, con paciencia y educación, obstáculos y barreras culturales. Ese es el camino. Igualdad ante la Ley y no mediante la Ley. Una igualdad entre mujeres y hombres que está consagrado en el artículo 14 de la Constitución de 1978.

Para los liberales, la mujer debe de decidir cómo quiere vivir, sin injerencias paternalistas. No vamos a caer en la lucha de sexos colectivista. Ni de un lado, ni del otro. De buenas intenciones están empedrado el suelo al infierno y la ideología de género. Una ideología que estos días sale a la calle, no a reivindicar a una mujer libre y empoderada, sino una mujer de pensamiento único. El pensamiento de los colectivismos. Eso no es feminismo. Es socialismo ramplón.