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2014: ¿Una odisea en el comercio?

Termina el año y dejando atrás los pobres resultados obtenidos por el comercio de nuestra comunidad durante este periodo de tiempo, y una vez que analicemos los últimos datos de la campaña comercial navideña, toca enfrentarse a ese inquietante 2014 que nos amenaza a la vuelta de la esquina. Opiniones hay para todos los gustos: los hay que esperan el año de la definitiva recuperación económica de nuestro país; otros, menos optimistas, dicen que la recuperación es posible, pero tardará bastante tiempo en reflejarse en los datos de consumo puros y duros, aquéllos que marcan la tendencia exacta y definitiva de lo que va bien o mal. Por último, los más pesimistas, que estiman que la recuperación no llegará en dos o tres años y que por tanto, el comercio será una de las actividades productivas que sufrirán una mayor destrucción.

Para evitar que esto último suceda y que nuestro comercio atraviese por una odisea incierta y fatal para todos aquellos que dependemos de uno u otro modo de esta actividad, deberíamos reflexionar sobre alguna cuestión útil para afrontar los próximos 365 días con alguna garantía de éxito.

Como prioridad, y al margen de la coyuntura económica que rige la dirección que tomará la nave de la economía, nos pese o  no, habrá que adoptar actitudes que puedan contribuir a mejorar la situación a corto y medio plazo por parte de todos los agentes protagonistas de nuestro sector. Es imprescindible alcanzar consensos lo más amplios y efectivos posibles para determinar ese gran plan de dinamización comercial de Madrid. Empresarios y las asociaciones y confederaciones que los representan, trabajadores y sus sindicatos, administraciones, y políticos de todos los colores han de asumir que este ingente esfuerzo que supone volver a otorgar vida a nuestro comercio ¡nuestro, de todos! depende de ellos, sin exclusión.

Cualquier distorsión en la cadena de montaje de esta empresa común que se llama comercio madrileño, sólo nos traerá retrasos, problemas, tensiones inútiles que a todos nos perjudicarán. Aprovechemos lo mejor de cada uno y pongámoslo en común, en beneficio de todos. Ante las grandes dificultades por las que vamos a atravesar , todos tenemos que aportar nuestra experiencia, conocimiento, iniciativas, ideas, esfuerzos y sacrificios. Unos eslabones bien definidos harán más fuerte la cadena del comercio madrileño, hasta hacerlo indestructible ante los vaivenes de la economía, aunque quede todavía mucho camino por recorrer hasta que esto suceda. Si cada uno de nosotros asume su responsabilidad y la comparte con el eslabón siguiente de la cadena, tardaremos mucho menos tiempo la recuperación, sin partidismos, egos desmedidos y quimeras imposibles de realizar. Seamos comprensivos con las opiniones de los otros y tratemos de convencer con sólidos argumentos a los que opinan diferente de nosotros. El comercio madrileño es como un gran país que necesita del esfuerzo de todos para su recuperación y consolidación, una patria en la que todos tienen cabida y el esfuerzo común es indispensable para salir de la complicadísima situación que nos rodea. Tal vez así la odisea se convierta en un beneficioso viaje colectivo hacia nuestra supervivencia.

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