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Nuestra sanidad, ejemplo para EE.UU.

Juan Julián Elola

Un estudio de una universidad de EE.UU., la Universidad de Providen-ce, señala a la Sanidad española como una de las mejores del mundo, ratificando lo que ya hace tiempo que es evidente. Aplaude especialmente las impresionantes mejoras que ha experimentado, sobre todo en Medicina General (Medicina Familiar y Comunitaria), donde hemos pasado en los últimos años de 50 a 100 médicos de familia por cada 100.000 habitantes. Es decir, hemos doblado la cifra, lo que no es comparable con ninguno de los países de nuestro entorno. Mucho menos con Estados Unidos, donde la sanidad es casi exclusivamente privada y se rige por criterios meramente mercantilistas. En Es-paña, por el contrario, esta espectacular revolución sanitaria ha tenido lugar con el dinero de nuestros impuestos, lo que le confiere un carácter de servicio público.

Destaca del estudio el aumento de la esperanza de vida y la reducción de la mortalidad infantil en España, con unos resultados mucho mejores que los obtenidos en EE.UU., pero con un gasto en relación al PIB que es la mitad que el destinado en ese país. El hecho de que, con un gasto tan bajo, la sanidad española sea capaz de dar atención a toda la población resulta sorprendente. 

En el lado negativo señala que nuestros médicos están entre los peor pagados de la Unión Europea, son de los que más pacientes tienen, y por tanto soportan una mayor carga de trabajo, siendo una consecuencia directa de esta situación el disponer de menos tiempo para dedicar a cada paciente. En este sentido califican de “insuficiente” el tiempo en consulta que tiene el médico, estando entre los más bajos de nuestro entorno. Con esta consideración, parece claro que la Atención Primaria es la parte que hay que reforzar para que repercuta de forma más directa en la salud de la población y en la percepción por parte de ésta del aumento de recursos disponibles. Sin embargo es obvio que, especialmente en Madrid, los presupuestos se dedican más a la creación de infraestructuras más visibles y vendibles electoralmente que a la mejora de la dotación de personal y de medios técnicos y de la capacidad resolutiva de la atención primaria.

El aumento del coste de los servicios sanitarios, especialmente por la mayor cantidad de pruebas médicas y el mayor precio de las mismas, es uno de los retos a los que se enfrenta nuestro sistema de salud, unido al incremento en el número de pacientes, por el crecimiento de la población española durante los últimos años, y además marcado por el envejecimiento de sus habitantes. Esto conllevará un incremento en el gasto, que no resultaría desorbitado si consideramos el bajo precio relativo actual de nuestra sanidad, pero que tendría que corresponderse con un esfuerzo presupuestario por parte de las administraciones responsables que, en España, son las Comunidades Autónomas.
En cualquier caso, el estudio nos cita como ejemplo para cualquier país que quiera acometer reformas y mejoras en su sistema sanitario, dada la eficacia de nuestra sanidad, la cobertura a toda la población y el relativo bajo coste de la misma. Debemos estar orgullosos y defender nuestro sistema de salud, universal y financiado con los impuestos de todos, de manera que la enfermedad no supone una carga económica para las familias, sino exclusivamente una desgracia personal, que ya es suficiente.

http://elola.blogia.com
 

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