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¿Y si el Papa Francisco recibiera a Rusell Crowe?

Darren Aronofsky ha convertido en el cine a Noé en una especie de guerrero vegano radical (como el mismo realizador), que reparte mandobles con la espada cual émulo de Conan, el bárbaro. Si existiera en la actualidad sería uno de esos locos que se alegran cuando el toro asesta una cornada mortal al torero. En el film se muestra que el mundo ha sucumbido por el pecado, por lo que abundan las guerras, la violencia, la corrupción, el robo y a una señora le secuestran a su hija para cambiarla por un trozo de carne. Pero a Noé todo eso le trae al pairo, pues lo que realmente le preocupa es que los otros hombres han destruido el Medio Ambiente para potenciar la industria.

El personaje, interpretado por Russell Crowe, se entusiasma con la idea de que Dios vaya a extinguir de la faz de la tierra a los humanos, dejando a los animales. Incluso está dispuesto a colaborar con la extinción asesinando a su propio nieto con un cuchillo, como una versión trastornada de Abraham. Y ni se inmuta por dejar en tierra al abuelo, Matusalén pues debe pensar que está demasiado mayor… Jo, Noé, ¡hasta parecen más humanos que tú ésos que abandonan a los ancianos en una gasolinera! Será porque el film presenta a este último como un viejo verde que engaña a la niña de Harry Potter para que le ayude a recoger bayas y así meterla mano.

El caso es que el actor de Gladiator insistió en que el Papa Francisco le recibiera para ver juntos la película, pero como el Vaticano no es "El Hormiguero" no pudo ser, así que tuvo que conformarse con pasarse por la Plaza de San Pedro, como todo hijo de vecino. Pero, ¿qué hubiera pasado si el Papa hubiera aceptado la propuesta?

Pues bien, teniendo en cuenta que el film presenta al patriarca bíblico como un vegano muy poco tolerante con los que comen carne, creo que el Papa se hubiera muerto de risa. Conviene recordar que Bergoglio proviene del país del buen ganado vacuno… y eso pesa mucho en el corazón y en el estómago.

Tengo una amiga argentina que denunció al Museo de Cera de Madrid por no tener una estatua de Maradona, y que considera que la elección del Papa Francisco es el suceso histórico más importante desde que Evita Perón puso su primer disco de Carlos Gardel. Cada vez que la veo bromea (con simpatía) sobre la argentinidad del Sumo Pontífice. Según ella, encontrar un argentino vegetariano es más difícil que quitarle la pelota a Oliver y Benji. Dice la chica que en su territorio las vacas son tan sagradas como en La India, pero que la diferencia reside en que allí las idolatran asándolas. También me comenta que sus compatriotas, poco después de expresar su enorme alegría por el nombramiento del Papa, aseguraban que la fumata blanca se debía al primer asado que había pedido el Papa Francisco.

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juanluissanchez.blogspot.com

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