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Un paso atrás, ¿para tomar impulso?

Es en sí un problema que se produzcan recortes tan brutales en los servicios públicos con la excusa de la crisis. Como se suele decir, una crisis es siempre una nueva oportunidad, y nuestra sanidad y nuestra educación podrían salir reforzadas y con una mejor distribución del gasto tras una época de recortes. Porque esos recortes podrían afectar mejor a ajustes de su estructura y de su funcionamiento que a disminución en la prestación de servicios o en sus profesionales. Hay gastos que se pueden mejorar y recursos que se pueden optimizar para reducir la inversión, pero la frase del Ministro de Educación, Wert, afirmando que le “sobran” 20.000 profesores no puede sino hacernos pensar que la calidad de la enseñanza se va a resentir, y de manera importante.

La realidad es que el PP, desde que ha entrado al Gobierno, trabaja de forma que las podas que se realizan pasen de coyunturales a estructurales, es decir, que se impongan como normativa y que queden establecidos de manera permanente. Las drásticas reducciones en la inversión son importantes, pero el cambio de modelo en otros aspectos es mucho más significativo de que la intención va más allá del ahorro de unos cuantos euros (bueno, millones de euros)

El caso de los derechos de los trabajadores es más que representativo de estas intenciones, puesto que la reforma laboral que ha establecido no marca pautas puntuales para intentar paliar los efectos de la crisis, sino que altera las relaciones laborales totalmente a favor del empresario, dejando a los trabajadores mucho más desprotegidos de lo que ya estaban (aunque todavía hay quien sigue defendiendo que las relaciones entre un trabajador y su jefe son unas negociaciones de igual a igual) Los nuevos contratos tendrán un despido totalmente gratis, sin ninguna indemnización.
Sobre los servicios públicos, especialmente la sanidad y la educación, el objetivo es reducir la participación del estado. Con la lógica de que es necesario recortar ingresos en época de "vacas flacas", se pretende que se fije como norma de inversión estatal en Sanidad y Educación la que se establezca ahora, no reformando el gasto, sino produciendo una financiación muy escasa de estos servicios y derivando el dinero disponible a concierto con los sectores privados, lo que luego será irrecuperable y dejará toda esa parte del presupuesto a disposición de los vaivenes de las políticas empresariales.

Su espejo son los Estados Unidos. Allí las clases medias son las verdaderas desprotegidas. Hay sanidad y universidad gratuitas para los muy pobres, no se les puede abandonar completamente, y los muy ricos pueden pagárselas. Mientras, la gran mayoría de la sociedad no puede entrar en los programas sanitarios gratuitos porque está trabajando y tiene dinero, pero no puede dedicar suficiente para pagarse un seguro médico de verdad completo o para mandar a sus hijos a la universidad. Por eso pasan con seguros de bajas coberturas que les arruinan completamente en el caso de una enfermedad grave, porque no están incluidas en sus pólizas y se pasan la vida ahorrando para los estudios de sus hijos porque lo tienen que pagar totalmente de su bolsillo, dinero que luego suelen necesitar para otras cosas y que, por tanto, muchas veces no está disponible cuando finalmente se necesita para pagar la Universidad ¿Es que no ven las series americanas?

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