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Posible Gobierno de izquierdas

Estas elecciones, como estaba previsto, han sido las de resultado más incierto de todas cuantas conocemos en España. Es realidad, guste o no, que se abre un nuevo tiempo, marcado por la necesidad imperiosa de pactos y acuerdos para conseguir que nuestro país tenga gobiernos con cierta estabilidad. Y sobre eso está hablando todo el mundo ahora (el empecinamiento de Rajoy en elegir estas fechas para las votaciones va a añadir más de un conflicto en las cenas de Navidad)

En primer lugar, siguiendo los argumentos del propio Rajoy para interpretar los resultados en las elecciones catalanas, casi el 75% de los votantes han dejado claro que no quieren un gobierno del Partido Popular. Y un 25% más de españoles no votó, lo que deja como conclusión que solo tiene el apoyo de uno de cada cinco españoles. Repito: este argumento lo utilizó Rajoy hace solo un par de meses.

Además las políticas y el “rodillo” del PP en estos años dificultan mucho su posibilidad de buscar apoyos.  Luego es imposible que logre una mayoría para ser investido Presidente, más allá de sus acólitos de Ciudadanos, que ya han salido en auxilio de Rajoy sin dudarlo.

¿Queda alguna opción viable? Siguiendo la línea de mirar los resultados electorales, la mayoría de los votantes apostó por un gobierno de izquierdas que base su actuación, fundamentalmente, en la eliminación de los recortes sufridos. Y podría alcanzar los votos necesarios. Para ello es preciso un acuerdo amplio entre las fuerzas de izquierdas salidas de las urnas, basado en el establecimiento de unas políticas sociales de calado, con la mejora sustancial del salario mínimo y las pensiones, ampliación de las becas y rebajas en las tasas universitarias, recuperación de derechos sociales, refuerzo importante de la lucha contra la corrupción y por otro lado la derogación de la Reforma Laboral, la Ley Mordaza y la de educación.

No encaja, lógicamente, en este escenario la propuesta de nombramiento de un Presidente “indepediente”, lo que aparte de ilegal, puesto que el Presidente del Gobierno debe ser diputado, es imposible ya que nadie es totalmente independiente. Será más cercano a unos o a otros, pero nunca neutral. Mucho menos la petición extravagante de un referéndum en Cataluña. No encaja esto salvo que la intención oculta sea bloquear cualquier posibilidad de acuerdo.

Sabemos que para una modificación de la Constitución son necesarios 234 diputados. Los 161 que podrían juntar ahora mismo están muy lejos de esa cifra. Pablo Iglesias, profesor de Ciencias Políticas, lo sabe sin duda. Cualquiera que lleve por bandera como condición irrenunciable una modificación de la Constitución, lo único que está haciendo es negarse a negociar de forma rotunda, aunque luego afirme que quiere alcanzar acuerdos.

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@JJElola

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