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Puerta del Sol

Víctor Vázquez

La movilización de Sol es Democracia en defensa propia, un calambrazo que menea el culo flácido y temblón de un sistema que han viciado los politicastros jugando al cubilete de los trileros y los banqueros metidos al negocio del butrón por lo legal. Nos quieren sumisos y con el idealismo sodomizado para poder llevar a cabo el gran saqueo de la sociedad. Tenemos derecho a indignarnos y a indignarnos como nosotros queremos. Yes, we camp…

La Democracia, para el pueblo, se había convertido en el mero trámite de meter nuestra desesperanza en una urna como quien mete a su abuela muerta en una caja de pino. La integridad se ha podrido de tantos corruptos que la han abrazado falsamente hasta contagiarle todas las venéreas a la ética; y los proyectos políticos son meros juegos de espejos para adelantarse al otro a la hora de vendernos la moto.

Los vivales de la política, los poltroneros de las listas cerradas, los atornillados al sueldo público, toda esa yernocracia de colocados y, qué pena, todos esos periodistas palmeros y unidireccionales, se han olvidado del mismísimo primer artículo de la Constitución: "La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado." Es por esto que lo de Sol tenga una legitimidad de oro bueno frente a la legitimidad, que pretenden superior, de los políticos y sus disctados; una legitimidad, esta última, que no deja de ser de derivada y de segunda mano.

Desde Intereconomía me llaman insurgente, anti-sistema, de la ultra-izquierda, y me dicen que no soy demócrata por no cumplir el Estado de Derecho. Carlos Dávila me bautiza como "remedo de Bildu" desde esos mismos micrófonos cada vez que pilla turno. Todo eso soy y yo sin saberlo. Casi me dan ganas de esposarme y pedir catre en la trena por cáncer social. En Sol hay muchas cosas -incluídos imbéciles- pero la grandísima mayoría no somos nada de eso que dicen. Es lo que tiene generalizar hasta lo romo y confundir la síntesis con lo que está al otro lado de su precipicio: el reduccionismo. Cumplamos, sí señor, un Estado de Derecho cuya base es la separación de poderes. Hagamos un ERE de políticos, a costa de lo ya cobrado, por sus injerencias en lo judicial y a todos esos jueces politizados que imparten Justicia por colores. Obliguemos a los propios partidos a que tachen de lista a sus corruptos y que levanten las alfombras sangrantes de los ayuntamientos.

En fin, Durar… propuestas… No, no es eso, es otra cosa lo de Sol sin que pierda ni un ápice de su importancia. ¿Se le pide durar al relámpago y que nos ilumine toda la noche? Este relámpago de pureza democrática es únicamente la tarjeta de visita de una sociedad hastiada por todo lo que nos rodea, y que se manifiesta evitando violencias y bregando a través del complicado diálogo de todos: esa gran dispersión de donde surgen buenas ideas, ideas utópicas -piensa en lo imposible y alcanzarás lo improbable…- e ideas absurdas… Con todo, lo bueno y lo malo, Sol es un pulmón de Democracia.

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