Se podrá decir que algunos estamos obsesionados por Podemos. A mí personalmente, como historiador, me interesa mucho el paralelismo entre este partido-movimiento y el Partido Nazi alemán de comienzos de los años 20. Las circunstancias sociales y económicas en las que ambos surgieron fueron muy parecidas: una crisis muy profunda, con gran impacto en la inflación y en el desempleo; un desencanto con las instituciones democráticas; abundancia de personas con formación pero fuera del sistema. Eso ocurrió en la Alemania de los años posteriores a la primera guerra mundial, tras el fracaso de la «revolución espartaquista» de 1919: muchas personas con formación, con un patriotismo alimentado por la derrota en la guerra, en desempleo, desencantados con la democracia de Weimar, abrazaron el movimiento nazi con la esperanza de reconstruir Alemania y librarlo de unas elites que oprimían al pueblo alemán. Este movimiento fue financiado por la derecha económica alemana para utilizarlo como fuerza de choque contra el comunismo.
En España, el entonces fracasado 15-M, en el que algunos de Podemos -no tantos como ellos dicen- participaron, ha dejado una bolsa de población bien formada, en trabajos mal pagados o en el paro, desencantados con la Monarquía, la democracia representativa, el autonomismo, y el capitalismo del Estado del Bienestar. Esta bolsa ha constituido un caldo de cultivo alimentado por algunos miembros irresponsables de la derecha política (Rajoy felicitando ante las cámaras a Iglesias por «lo bien que os va), económica (subvenciones de potencias extranjeras y vaya usted a saber qué más) y mediática (connivencia del Grupo Planeta, a través de la Sexta, con Podemos), para utilizarlo como fuerza de choque contra el socialismo. Esa es la trama que habría que investigar. ¿Qué tienen en común los tejemanejes de Marhuenda -del mismo grupo mediático que ha servido de vocero a Podemos- con Iglesias y su partido? ¿Es Podemos un instrumento de la derecha más rancia para servir de pinza con el PP y acabar con el centro izquierda de España, Ciudadanos y PSOE?
Porque la realidad es que Podemos solo ha servido para evitar un cambio de gobierno a favor del PSOE y Ciudadanos (en marzo de 2016), y para hacer el payaso en el Congreso de los Diputados y cargarse -aun más- el prestigio de las instituciones democráticas. A mí que me digan qué han propuesto, en qué leyes han participado, qué han aportado aparte de esas proposiciones no de ley que no sirven más que para salir en el Telediario, o esas barbaridades que dicen a veces en sede parlamentaria, y que a todos los ciudadanos de bien «nos la bufan».
Si Podemos no enmienda su conducta y su trayectoria, que bien podría haber sido el caso si hubieran triunfado los errejonistas o si el ejemplo de Carmena prosperara, cabe preguntarse: ¿qué pasa con Podemos? O, incluso, ¿qué les pasa a los que les siguen votando?
