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Sobre «Héroes» y sobre el héroe

Pablo de Santiago

El pasado jueves se estrenó la segunda temporada de "Héroes". Confieso que dedico poquísimo tiempo a la televisión, pero en cambio me considero un adicto a las series. No a la mayoría, claro. Si me dejara llevar por la compulsiva atracción que ejercen sobre mí, me convertiría en un monstruo que dejaría de leer, de ir al cine, de pensar y de charlar con los colegas, que son posiblemente las cosas más gratificantes de esta vida después de escuchar a todo volumen el "Mahogany Hall Stomp" de Louis Armstrong. En fin, que procuro no dejarme caer demasiado por el abismo catódico y prestar atención sólo a unas pocas series. Pero ésas son precisamente las que desde hace algún tiempo me ayudan a la evasión cuando siento que la rutina me oprime y constato que me he quedado sin pilas para vislumbrar lo extraordinario que se oculta en la vida cotidiana.

Sobre héroes… La primera temporada de "Héroes" me la bebí con fruición. Está confeccionada con extraordinaria pericia para atraer al público. Pertenece al género fantástico, pero destaca por el aire dramático e incluso trágico de las historias y el desarrollo de thriller con asesino en serie. Y entre los personajes se procura no dejar ningún cabo suelto (o espectador suelto), todo está atado y bien atado: la adorable adolescente, el poli de gran corazón, el idealista que quiere salvar al mundo, el ingenuo y divertido japonés, la chica cañón, el científico recto y cerebral, el chavalín, el político ambicioso, etc. Sin embargo, ya desde los primeros capítulos caí en la cuenta de que iba a ser distinta a lo que me había imaginado. Todavía sigo sin entender muy bien por qué se denomina "héroes" a los personajes. ¿Sólo porque pueden volverse invisibles o regenerar su cuerpo espontáneamente? Yo siempre he relacionado al héroe no con alguien con poderes, sino con aquel que es capaz de jugárselo todo -la vida, el futuro, la comodidad, el prestigio- por un ideal bueno que él sitúa por encima de cualquier otra cosa, un ideal cuya consecución lleva consigo un arduo sacrificio e incluso una renuncia total a una vida fácil y lícita. "Héroes" es una gran serie, pero en los Mohinder Suresh, Claire Bennett, Nikki Sanders, etc. apenas si percibo esa faceta heroica, y si existe está demasiado enterrada entre los dramas personales de cada personaje. Quizá Hiro Nakamura y Peter Petrelli sean lo únicos guiados por un alto ideal. Veremos si las cosas cambian en la segunda temporada.

Y sobre el héroe… Por eso para mí el gran héroe de la televisión se llama Michael Scofield. Y en mi ranking personal la primera temporada de "Prison Break" es la mejor serie de todos los tiempos. Scofield no es un héroe porque tenga superpoderes, sino porque se juega el cuello por aquello que considera justo, y jamás piensa en el provecho personal si alguien es perjudicado. Scofield es valiente, pero no temerario. Y es leal hasta la muerte. Nunca te abandona (que se lo digan a Sucre). Y no sólo es leal con los demás, sino consigo mismo, que es mucho más difícil. Jamás busca el mal para obtener el bien, y si su frenética huida le conduce a tal hecho, no descansa hasta devolver el agua a su cauce. Y Scofield sabe arrepentirse, pedir perdón, porque tiene la firme convicción de que luchar por el bien y la verdad merece la vida. Y tiene fe, puesto que por encima de cualquier calamidad siempre conserva la esperanza. Para él nada está perdido. Si existe sólo un 1% de probabilidades de éxito, él se agarra a ese porcentaje como si fuera un todo. Por eso es un líder. Bueno, por eso y porque es el personaje más inteligente de la historia de la televisión. Él siempre va dos pasos por delante.

 

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