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Un PSOE desnortado

Estamos en el ecuador de una nueva campaña electoral, en esta ocasión para las comunidades de Galicia y Vascongadas y son muchos los expertos y analistas que esperan que estas elecciones pongan fin a la situación de bloqueo político que vive nuestro país. Sinceramente creo que se debe más a un deseo que a una realidad.

Los actores que conforman el panorama político actual no están por la labor de acabar con esto y en eso se siguen equivocando. Con su actitud no solo perjudican la estabilidad de España, su sistema y su modelo político, sino que también se están perjudicando a sí mismos. Es creciente el distanciamiento cada vez mayor entre el votante y los votantes, entre los electores y lo políticos.

Las elecciones autonómicas vascas y gallegas solo van a poner de manifiesto el enrocamiento que sufre la sociedad española. Nada nos debe hacer suponer, hacer pensar que el resultado que salga de esas elecciones modificara en algo el panorama nacional, muy por el contrario, lo puede llegar a empeorar.

El partido socialista está sin rumbo y desnortado. Tanto en Galicia como en Vascongadas. Todo apunta  a que pueda llegar a convertirse en una fuerza residual, sobre todo en las provincias vascas donde las encuestas realizadas no auguran nada bueno a los socialistas vascos, en el mejor de los casos se habla de la perdida de la mitad de sus diputados actuales, que pasarían de 16 a 8. El partido socialista no tiene nada claro, entre otras cosas no tiene claro el modelo territorial que desea. Su deriva secesionista en Cataluña iniciada por Pascual Maragall y continuada por el cordobés Montilla donde nos hablaban de “federalismo asimétrico” sin saber nadie exactamente qué era eso, condujo a su partido a lo que es ahora y a la irrelevancia política del partido en algunas de las regiones de España. Esa irrelevancia política se extiende a toda la organización, afectando al partido en el conjunto de España. Y es ahora tanto en Galicia como en Vascongadas donde esto aparece de forma más palpable. Candidatos sin “ningún pedigrí” y con una trayectoria más bien gris junto con un modelo de estado que como poco podríamos calificar de “dudoso”, hacen que votar socialismo hoy día resulte poco atractivo.

Creo que Zapatero no es consciente del daño que hizo y sigue haciendo a su partido. Reivindicando la lucha de clases, las desigualdades entre españoles, reconociendo privilegios a unos por encima de los otros, asumiendo eso del “federalismo asimétrico” sin tener claro lo que es, dicen los malos del lugar que la terminología la invento Pascual Maragall en alguna de sus famosas y conocidas borracheras, poniendo en marcha leyes endiabladas como la ley de la “mentira” histórica o las de discriminación de género, hacen del PSOE un partido confuso, sin mensaje claro y cuyo objetivo a corto plazo es que PODEMOS no les sobrepase, Se me antoja poco bagaje para un partido que desea ser alternativa de gobierno.

Los contertulios profesionales y los voceros de salón afirman que “los barones socialistas” están más que hartos de Pedro Sánchez y aquí pasa lo mismo que con Rajoy. Todos muy valientes en el anonimato pero muy cobardes en los órganos de dirección del partido, por lo tanto me atrevo a afirmar con rotundidad que el próximo lunes 26 de septiembre, después de celebradas los comicios autonómicos todo seguirá como hasta ahora. A por las terceras elecciones que no a por la tercera república que es lo que en el fondo les gustaría a algunos.

Javier García Isac / Una Hora en libertad/ Direc Servicios Informativos cadena Ibérica

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