Según relata Abc, alrededor de las 20 horas, una señora de mediana edad entró al paso subterráneo de la calle de Villavaliente, que permite cruzar la A-5 rumbo a Lucero, sin imaginar lo que estaba a punto de sufrir. Dos menores, de nacionalidad magrebí, se abalanzaron sobre ella por la espalda para robar su teléfono móvil, el único efecto de valor que llevaba encima. Y lo hicieron con una violencia inusitada, estrangulándola por medio de la técnica del «mataleón» hasta hacerla perder la consciencia.
Nuria despertó a los pocos minutos, tirada en el suelo y con un fuerte golpe en la cabeza. «Me daban temblores», recuerda a este diario. Como pudo, alcanzó su domicilio y avisó a su marido. Los dos alertaron a la Policía y una patrulla se personó en las inmediaciones para intentar dar con el dúo de malhechores. No hubo suerte. Al día siguiente, la afectada acudió a su centro de salud para ser sometida a una exploración y recibir el pertinente parte de lesiones. De ahí, rumbo a Comisaría, en una liturgia que empieza a ser tristemente habitual entre el vecindario de este enclave, al sur de la capital.
Momentos antes del ataque, una joven se topó con los dos menores, que le pidieron dinero a la entrada del túnel, sin que la situación llegara a más. Nuria pasó por delante de los tres y se adentró en el paso subterráneo, convirtiéndose en la víctima perfecta. Desde entonces, no sale a la calle: «Esta situación es insostenible. Tengo un miedo pavoroso».