Las alumnas del Colegio Senara, en el distrito de Moratalaz, están aprendiendo mucho este curso. Además de pelear con las matemáticas, la lengua o la literatura de turno, se han convertido en verdaderas expertas en el reciclaje de residuos. Sí como lo leen. Parece algo extraño pero este conocimiento ha sido fruto de su trabajo y participación en el II Ecoparlamento Europeo de los Jóvenes. Un proyecto de educación ambiental cuyo principal objetivo es difundir los valores de respeto al medio ambiente entre los jóvenes europeos, así como sensibilizarlos para fomentar su participación activa en la conservación y el cuidado del entorno natural que les rodea.
Esta iniciativa ha sido desarrollada por el organismo internacional Pro-Europe, del que forman parte las sociedades que gestionan la recogida selectiva de envases en 25 países europeos. Esta institución surgió para dar cumplimiento a la Directiva Europea 94/62 de Envases y Residuos procedentes de envasado y agrupa a sociedades como Ecoembes, impulsora del Ecoparlamento en nuestro país.
El proyecto en España
Senara ha sido el único colegio madrileño que ha formado parte de esta iniciativa junto a más de 3.000 alumnos de 14 países europeos, con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años. Cada centro público o privado ha profundizado en un tema medioambiental y ha consensuado con los colegios de su mismo grupo un documento final, llamado Carta Abierta, destinado a un representante de algún colectivo implicado con el respeto del medio ambiente. Los 17 colegios españoles, uno por Comunidad Autónoma, han trabajado en 5 grupos en función del destinatario de su carta: Empresas e Industrias, Investigadores, Medios de Comunicación, ONGs e Instituciones Nacionales. Y es precisamente en este último donde Senara ha colaborado con otros dos colegios, uno de Navarra y otro de Zaragoza.
Las alumnas de 3º de la ESO de Senara han elaborado durante meses varios trabajos por equipos sobre distintas vertientes del reciclaje de residuos. Encuestas, la visita a un punto limpio, un concurso de creatividad y otro de fotografía han sido algunas de las actividades que han servido para conocer de cerca los secretos del reciclaje. Unos aspectos que también han querido trasladar al resto de alumnas del colegio. Para ello, se han servido de murales o carteles repartidos por el centro, e incluso han sido capaces de crear una representación en guiñol para enseñar a las más pequeñas las posibilidades de ahorro del reciclaje.
La conclusión final de todo este trabajo no es muy alentadora. Es cierto que los jóvenes están poco sensibilizados con el cuidado del planeta. Sin embargo, si nos esforzamos en lo que las alumnas han llamado las “3r”, contribuiremos a mejorar nuestra calidad de vida. Reducir, reutilizar y reciclar son las claves del futuro.
Reuniones con otros colegios
Las alumnas de Senara, tal y como han confirmado las profesoras encargadas del proyecto, se han implicado activamente en todas las actividades. Un duro trabajo que también ha tenido sus recompensas como el intercambio de experiencias con otros jóvenes españoles y europeos a través de una intranet habilitada para ello. Igual de enriquecedores fueron los encuentros entre colegios para elaborar los documentos conjuntos.
Por ejemplo, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, fue el destinatario de la Carta Abierta de las Instituciones Nacionales. El edil recibió, el pasado mes de marzo, a los representantes de este grupo y contestó a las propuestas y las preocupaciones que los alumnos plantearon sobre el medio ambiente.
Y como conclusión de este bonito proyecto, del 17 al 20 de octubre, con motivo del III Congreso Pro-Europe del Reciclaje en París, un alumno de cada Comunidad se unió al resto de jóvenes europeos para hacer llegar siete cartas abiertas globales con las reflexiones y las peticiones de los europeos en medio ambiente. Conclusiones que entregaron a las máximas autoridades europeas del sector.
El respeto por nuestro plaenta es uno de los retos de la política presente y futura. Sin embargo también debe ser un compromiso asumido por toda la sociedad, y como no, por los jóvenes. La educación se convierte en algo indispensable para difundir los valores medioambientales entre los países europeos. El II Ecoparlamento ha tomado este testigo cuyos resultados están a la vista de todos en cada uno de los colegios participantes.
