La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha inaugurado esta mañana la exposición fotográfica de Juan Pablo II “Al Altar de Dios” en el Centro Cultural Casa de Vacas señalando que el Papa “llegó al corazón de la gente de muchas formas. Y su papel ante la tiranía y el totalitarismo, su generosidad y perdón ante quien intentó acabar con su vida o su valentía ante la enfermedad son sólo algunos testimonios de la grandeza de Karol Wojtyla”.
La alcaldesa, que ha estado acompañada en la inauguración por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha destacado que la exposición llega en unos momentos “en los que estamos todavía un tanto sobrecogidos por la decisión de Benedicto XVI”.
Ana Botella ha recordado que tuvo el privilegio de estar con el Santo Padre en varias ocasiones “y las recuerdo todas, porque fueron algunos de los momentos más importantes de mi vida. En la Santa Sede, en 1985, o en Madrid, en la Misa celebrada en la Plaza de Colón en el año 2003, durante su última visita a España, o en la Santa Sede en 2004, y tuve la ocasión de descubrir la humildad, la cercanía y la profundidad de las convicciones de Juan Pablo II”.
Cinco visitas a España
A lo largo de su Pontificado, Juan Pablo II vino cinco veces a España, y en tres de esos viajes visitó nuestra ciudad. En la última ocasión, en 2003, se dirigió de forma especial a los jóvenes recordando las palabras que ya les dirigió en su primera visita hace ya más de 20 años: “Vosotros sois la esperanza de la Iglesia y de la sociedad (…) Sigo creyendo en los jóvenes, en vosotros”.
La exposición, según ha destacado la alcaldesa, recuerda a una de las figuras más importantes de la historia del siglo XX. “El Papa de los jóvenes, el Papa de la gente, el Papa misionero…”
Ana Botella ha finalizado su intervención señalando que la sintonía del Papa Juan Pablo II con los jóvenes que pudieron escucharle “me hacen recordar la celebración, en nuestra ciudad, de la Jornada Mundial de la Juventud en 2011. Con ocasión de esta jornada tuve la oportunidad de conversar con el Papa Benedicto XVI y admirar la calidez del que probablemente sea el mayor intelectual del mundo. Y ahora, el recorrido por esta exposición, con unas fotografías que captan de forma increíble el magnetismo de Juan Pablo II, cuando estaba lleno de vitalidad y cuando ya estaba doliente, me permitirá revivir esos momentos, valorar la importancia de la figura de Juan Pablo II para todos, creyentes y no creyentes, y desear de nuevo buena salud para el Santo Padre”.
