“Un alcorque, un árbol”. Con esta frase resume la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Ana Botella, parte de otro proyecto que continúa la línea impulsada en los últimos tiempos por el Consistorio, y que estará muy presente a lo largo del nuevo mandato: el cuidado y la plantación de más árboles y el aumento de las zonas verdes.
Madrid, a día de hoy, es la segunda ciudad del mundo -detrás de Tokio- con más árboles en sus calles. Un total de 5.600 hectáreas de zonas verdes y 300.000 árboles de alineación constatan que la modernidad tecnológica y cultural no tiene porque aparejar un decrecimiento del patrimonio arbóreo.
Esta operación, que se inició el pasado 2 de noviembre y concluirá el 31 de enero, prevé la plantación de unos 32.000 árboles (16.427 en zonas verdes de distrito, 7.210 en 1.880 calles de la ciudad y 8.271 en parques y jardines) en todos los alcorques vacíos situados en las aceras del viario madrileño y su reposición en el caso de que hiciera falta. Esto último se complementa con otra actuación prevista en el plan que anima a los ciudadanos a involucrarse en la causa. Así, mediante un servicio directo con el Ayuntamiento, cualquier vecino podrá comunicar el mal estado de algún árbol o enviar sugerencias a través de una nueva aplicación informática en la web municipal, recomendando la plantación, poda o restitución de algún ejemplar; asimismo, allí encontrará la posibilidad de conocer sus características biológicas, edad y especie.
Centro Pío Baroja
Ana Botella presentó el plan en el recién reformado Centro de Mayores de Pío Baroja, donde hizo un llamamiento especial a este colectivo, al que instó a sumarse a la iniciativa: “Madrid necesita de vuestra vitalidad y experiencia para llevar adelante nuevos proyectos. También en el cuidado de nuestro patrimonio verde”. Y es que, como expresó Botella, “en el entorno urbano un árbol es, si cabe, aún más imprescindible que en el campo”.
Hay más objetivos concretos en este plan, entre ellos el incremento del patrimonio arbóreo, la eliminación de todos los tocones de la ciudad y reposición de todas las marras, y la introducción de nuevas especies, hasta un total de 145 diferentes en la capital, para aumentar la diversidad, riqueza paisajística y calidad de la planta.
Esta campaña, lejos de ser cortoplacista, pretende hundir sus raíces con fuerza, para que la vida de los árboles dure muchos años, consolidando así la riqueza arbórea de la capital para que puedan disfrutarla las futuras generaciones.
