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La batalla de la isla de las Flores:Los piratas de la «Reina Virgen» humillados y derrotados

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El 9 de septiembre de 1591 una armada española, al mando de don Alonso de Bazán, sorprendió y ahuyentó a una flota de piratas ingleses dirigida por Thomas Howard, conde de Suffolk, que intentaba apoderarse de las flotas de Indias a su paso por las Azores. El galeón inglés Revenge, uno de los buques principales de la pérfida Inglaterra, al mando de Richard Grenville, fue rodeado por buques españoles que tras una reñida lucha terminaron capturándolo.

Contexto histórico de la batalla de la isla de las Flores.

La guerra entre España e Inglaterra duraba ya muchos años, y peses a las expectativas creadas por el fracaso de la “Invencible”, lo cierto es que no iba bien para los ingleses, tras su fracaso ante La Coruña y Lisboa de 1589 ( La Contraarmada).

La pérfida Albión pretendían debilitar a la corona de España mediante la captura de las flota de Indias a su paso por las Azores.

No corrían buenos momentos para la corona hispánica –encabezada por Felipe II- a finales del SXVI. De hecho, nuestro país hacía frente aquellas jornadas a una deuda monstruosa  que, a falta de liquidez, era sufragada con las insuficientes monedas traídas desde América. A su vez, España combatía por entonces contra su Majestad inglesa, la reina Isabel I, quien no dudaba en pagar a piratas – o corsarios, como eran conocidos estos sanguinarios mercenarios- para que saquearan y enviaran al fondo del mar a los navíos peninsulares que atravesaban el Atlántico cargados de tesoros.

Los preparativos de la batalla de la isla de las Flores.

En 1.591, los espías ingleses se enteraron de una célebre noticia: los españoles pensaban echar sus buques a la mar desde América con una gran partida de oro y joyas en dirección a España. Sin tiempo que derrochar los oficiales se pusieron manos a la obra para, en nombre de la Reina, armar una flota con la que interceptar el preciado cargamento.

Para ello, dispusieron una veintena de navíos –varios de ellos piratas-, cuyo mando fue otorgado al afamado oficial Thomas Howard, un viejo conocido por su participación en varios asaltos y batallas contra los españoles. Además, entre las filas se destacaba nada menos que el bucanero Richard Grenville, capitán del galeón inglés «Revenge» (el buque que, durante años, había navegado a las órdenes del cruel pirata Francis Drake).

Hechos los preparativos, la flota inglesa se dispuso a viajar a las Azores, donde tomarían por sorpresa a los súbditos de Felipe II. Sin embargo, lo que no sabía la infame Inglaterra era que España, harta como estaba de la piratería, había dispuesto una flota de 55 barcos al mando de Alonso de Bazán (hermando del gran almirante español Don Alvaro de Bazán) para, de una vez por todas, escarmentar a los piratas ingleses.

Comienza la batalla de la isla de las Flores.

El 9 de septiembre, las dos flotas se divisaron en la lejanía para incredulidad de los piratas ingleses. Preparado para derramar la sangre de la pérfida Albión, Bazán ordenó en un principio que los españoles se dividieran en dos columnas que asaltaran al enemigo desde todos los frentes.

Sin embargo, este plan pronto zozobró debido al mal estado de uno de los buques.

A pesar de que el asalto no se produjo con toda la celeridad que Bazán pretendía, los ingleses no tuvieron los arrestos de plantar combate en mar abierto y, para asombro de los españoles, la mayoría de la flota de la Royal Navy inició la huída a toda vela.

El «Revenge» mantiene la posición

Grenville, desoyendo las órdenes, decidió mantener la posición y, junto a otros dos navíos ingleses más, plantar batalla a los españoles. Por su parte, y mientras se sucedía un inmenso fuego de mosquetería y cañón, Bazán ordenó a parte de sus fuerzas acabar con el «Revenge» mientras varios buques seguían en su huída a los ingleses.

La contienda no fue muy extensa. A las pocas horas, los buques que escoltaban a Grenville habían abandonado sus posiciones y sólo el «Revenge» se enfrentaba valientemente a los navíos españoles, ahora al completo tras haber vuelto de la fallida persecución. No hubo victoria para los ingleses que, asediados como estaban por todos los flancos, cayeron bajo las tropas españolas.

Acaba el combate de las islas de las Flores.

A la pérdida del Revenge y a la frustración de no haberse podido hacer con las riquezas de la Flota de Indias, hay que añadir, que los barcos que huyeron de las Azores llegaron en muy mal estado a Inglaterra, con grandes pérdidas humanas y materiales  y la escuadra corsaria bajo mando de Monson también sucumbió ante las galeras de D. Francisco Coloma, que les capturo un galeón de 200 toneladas, una zafra y una carabela e hizo prisionero al mismísimo Monson. Y lo más importante,España había vuelto a convertirse en la dueña del mar. Dominio indiscutible que conservaría hasta las Dunas en 1639 y que a partir de entonces sería disputado por Holanda, no por los ingleses.

Además,el oro de la Flota de Indias, nunca estuvo en peligro, ya que previendo el ataque, se desembarco en la Habana y partió rumbo a Sevilla a bordo de cuatro fragatas que arribaron a España en Enero de 1592. 

Fuentes:

http://elrincondecarlos-miniaturas.blogspot.com.

Revista de Historia Naval número 51, 1995. (recogido en Todo a babor) elgrancapitan.org

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