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La batalla de Tolón: De la traición de nuestros aliados franceses a la aplastante e inesperada victoria.

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Antecedentes de la batalla naval de Tolón 1744.

A finales del año de 1739 se declaró la guerra entre España y el Reino Unido. Francia, pese al Pacto de Familia, se declaró neutral en el conflicto, el rey don Luis XV no estaba por la labor de más guerras.

En 1740 murió el emperador de Austria, y se inició la Guerra de Sucesión por la corona austriaca. Francia continuó sin declarar la guerra a los británicos pero se comprometió a apoyar a nuestros buques y escuadras. En una primera expedición ya se encontraban en la Toscana las tropas españolas al mando del duque de Montemar, para defender los derechos del Infante don Felipe a los ducados de Parma, Plasencia y Toscana.

En la fecha de la batalla la armada británica dominaba el Mediterráneo Occidental e impedía que desde España se enviasen refuerzos por mar al centro de Italia, donde España combatía contra austríacos y sardos.

18 meses de bloqueo de la armada en Tolón.

Permaneció  la escuadra española en Tolón dieciocho meses bloqueadas por la escuadra británica, compuesta por veintinueve navíos al mando de Haddock, poco tiempo después llegó el vicealmirante Matthews con cuatro navíos subiendo la cifra a treinta y tres, pero además tomó el mando relevando al anciano almirante Haddock.

De los doce navíos españoles tan sólo seis eran de guerra, el resto eran de la Carrera de Indias, marchantes se les denominaba, metidos en esos lances de batirse bien formados contra una escuadra adversaria.

Permanecieron en esa situación hasta que ambos Reyes llegaron a un acuerdo, por el que la escuadra española debía partir escoltada por la francesa, aún sin declarar la guerra al Reino Unido, a fin de evitar que la poderosa escuadra británica de Matthews destrozara a la inferior española, para ello debía de interponerse la gala entre ambas enemigas.

La escuadra española llevaba la divisa azul y blanca, formando la retaguardia de la aliada.Los franceses aportaban dieciséis navíos, ninguno de tres puentes, además tres fragatas, dos brulotes y un buque hospital. Su escuadra estaba mandada por un octogenario teniente general, De Court de la Bruyere, quien mantenía su táctica de combate en el abordaje a ultranza como arma suprema de victoria. Pero mucho peor que sus ideas tácticas fue la dudosa lealtad a la escuadra española.

Comienza la batalla de Tolón.

El día diecinueve de febrero del año de 1744, víspera de la partida, el anciano almirante se reunió con dos oficiales británicos de la escuadra bloqueadora. Este hecho fue observado por los españoles, que avisaron a Navarro, y pronto se extendió el rumor de que el jefe francés había pactado con los británicos la destrucción de la escuadra española sin interferencia francesa.

Al día siguiente por la mañana se hizo a la mar la escuadra franco-española, situándose la española en vanguardia por orden de De Court de la Bruyère a Navarro. Pronto se divisó la escuadra británica en su fondeadero de las islas Hyères.

Como el viento favorecía a los aliados, De Court ordenó a Navarro que atacara al abordaje a la escuadra enemiga. El jefe español se quedó perplejo, pues el paso era muy estrecho y sólo dejaba pasar los navíos de uno en uno. De Court de la Bruyère insistió en su orden, y Navarro no tuvo más remedio que obedecer, aunque consiguió dilatar el ataque hasta el día siguiente. Pero el viento roló, siendo ahora favorable a los británicos, que podían abandonar su fondeadero. De Court comprobó que su orden era irrealizable y ordenó a Navarro situarse a retaguardia de la escuadra francesa, de nuevo en la zona más peligrosa, en vez de interponer la francesa o interpolar ambas escuadras, de forma que si atacaban los británicos había muchas probabilidades de que algún francés recibiera un proyectil.

De Court de Bruyère ordenó forzar vela, aprovechando el desorden en la enemiga, pero con este movimiento solo consiguió dejar atrás a la española, pues varios de sus buques eran mercantes armados y no tenían la misma velocidad, así la vanguardia y centro franceses se adelantaron considerablemente a la retaguardia española, quedando retrasada y expuesta en solitario al ataque británico. Desde luego, se trataba de una forma muy extraña de que De Court de la Bruyère cumpliera con la orden de proteger a los españoles. Es más, varios comandantes españoles divisaron banderas blancas que los buques británicos mostraron a los franceses, reafirmadas con cañonazos sin balas, mientras exhibían banderas rojas de combate a los españoles.

La reducida escuadra española de don Juan José Navarro se enfrentó a la masiva inglesa de Thomas Mathews con el pronóstico de una aniquilación absoluta, pero el sorprendente resultado de que los españoles, ofreciendo una bizarra resistencia, fueron capaces de rechazar a sus adversarios.A su vez queda constancia de las nulas intenciones del almirante francés de ayudar a la escuadra española, pues su subordinado al mando de la retaguardia del centro francés Mr. Gabaret, por dos veces pidió permiso para forzar velas y acudir en auxilio de la vanguardia española, pero su jefe se lo negó, prosiguiendo a rumbo y cargando velas para alejarse todavía más.

Pérdidas inglesas en la batallas de Tolón

El comandante del Poder, don Rodrigo de Urrutia, dio cuenta a Navarro del estado en que se encontraba la escuadra británica después de la acción. El Malborough desarbolado totalmente y con gran vía de agua, escorado de estribor, pudo salir de la línea con muchísimo trabajo y tomado a remolque por una fragata, fué conducido a Mahón. Murió su comandante Cornwall. La insignia Namur rindió el bauprés, perdió sus masteleros, y con otras averías de tal consideración, que lo abandonó Matthews la noche del 22, trasladando su insignia a otra unidad; murió su comandante Russell. El Princess perdió toda su arboladura, y se disponía a rendirse, cuando lo evitó su segundo logrando sacarle de la línea y de los efectos del fuego del Poder. El Sommerset perdió su palo mayor, y destrozadas todas sus jarcias, no pudo arribar sobre el Poder, por lo que éste se rindió al Berwick. Todos los demás ingleses que se batieron en la mejor o peor formada línea experimentaron también los efectos del vivísimo e infernal fuego de los cañones españoles. Las bajas inglesas fueron mayores que las españolas y ello diría mucho del modo de combatir de los nuestros. Además, no sirve la mera comparación aritmética de cifras para graduar la victoria, pues la superioridad de fuerzas inglesas debía haber supuesto un mayor número de bajas de los nuestros, y, al ser al contrario, la victoria se refuerza del lado de los españoles.

¿Quien gano y quien perdió en la batalla de Tolón?

Urrutia dice: ‹ los oficiales británicos brindaron por el Real y por Navarro, como homenaje de admiración por su esforzada conducta, añadiendo: todos los brindis después del rey británico eran para el almirante Navarro. Todas las sobremesa caían en el Real y en el valor de los españoles, confesando todos generalmente la superioridad a ellos mismos, y encendiendo el furor contra quien debían imitarnos (refiriéndose a los franceses) ›»

En la literatura inglesa la batalla fue y ha sido vista desde diferentes puntos de vista, desde combate de resultado indeciso a un fracaso estratégico o un fiasco,o como una victoria menor.

Lo cierto que en los meses que siguieron a la batalla de Tolón, el almirante británico y Richard Lestock se enzarzaron en un intercambio de recriminaciones, acusándose mutuamente de haber impedido con sus acciones una victoria decisiva. Una larga serie de juicios navales se sobrevinieron para determinar quién había sido el responsable del fracaso de la flota británica a la hora de destruir a un enemigo peor comandado e inferior en número. Matthews resaltó la actitud pasiva de Lestock durante el combate, mientras este acusó del primero de carecer de coraje.El veredicto del tribunal fue muy controvertido y es tenido generalmente por injusto: Lestock fue absuelto de todos los cargos que pesaban sobre él mientras que Matthews fue declarado culpable por suspender la persecución y destituido.

Consecuencias de la batalla de Tolón 1744.

La batalla de Tolón provocó que Matthews dejara temporalmente el mar Mediterráneo occidental libre a los españoles, que aunque no pudieron trasladar al centro de Italia a los ejércitos del infante Felipe de España y el Príncipe de Conti, como estaba previsto,aprovecharon para enviar algunos refuerzos y provisiones al mermado ejército del Conde de Gages, mientras que Navarro, con diez navíos e izando su insignia en el Santa Isabel, realizó dos cruceros durante el verano, consiguiendo apresar algunos mercantes.

 

Fuentes:

http://elrincondecarlos-miniaturas.blogspot.com.es/2013/02/combate-naval-de-tolon-1744.html

http://www.todoababor.es/articulos/sicie.htm

http://blog.todoavante.es/?p=4170

Wikipedia

 

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