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El Estado Libre Asociado de Puerto Rico, ¿estatus político de estadidad o derecho de autodeterminación?

Mientras que en España actualmente existe una acuciante crisis de identidad, por ende, de españolidad, propiciada en parte por la alarmante falta de conocimientos acerca de la Historia de nuestro país, así como la pérdida de uno de los rasgos definitorios del concepto nación, la esencia de quienes somos; curiosamente, en “antiguas provincias españolas ultramarinas”, resurgen movimientos como la plataforma para la Autonomía de Puerto Rico, el cual persigue la unión pacífica con España, contrastando esta situación con la posición antagonista de algunas comunidades autónomas españolas. 
Una cita célebre del Canciller Alemán Otto Von Bismarck »Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido» resume a grandes rasgos algunos de los desafíos a los que España y su legado histórico han tenido que enfrentarse durante los últimos tiempos, así como el vilipendio sufrido por parte de la historiografía Universal con la aquiescencia de los propios españoles.
Conocer y recordar nuestra Historia, es fundamental para entender el momento histórico en el cual nos encontramos y saber hacia dónde nos dirigimos, por ello no se puede renunciar a nuestro pasado histórico e incluso llegar a silenciarlo, destacar lo que nos une, así como poner en valor la arquitectura democrática que se ha tejido a lo largo de los años, es la llave para evitar lo que el filósofo hispanoamericano George Santayana  citaba, “los que no pueden recordar el pasado están destinados a repetirlo”, todo ésto con la finalidad de no volver a incurrir en los errores históricos pasados. Ser español, no es una moda, sino un hecho circunstancial, el principio jurídico del derecho romano “ius soli” establece que la adquisición de la nacionalidad es consecuencia directa del lugar de nacimiento. El Rey Felipe VI, en su tradicional discurso Navideño nos recordó que “ser y sentirse español, querer, admirar y respetar a España, es un sentimiento muy profundo, una emoción sincera, y es un orgullo muy legítimo”.
Una nación es un grupo de individuos que comparten unas características culturales comunes, una serie de valores y costumbres en un espacio geográfico determinado, generando una serie de derechos y deberes al sujeto; los españoles somos herederos y depositarios de una larga tradición, definida por una cultura que ha traspasado tiempos y fronteras, que ha moldeado a Europa e iluminado a América.
Circunscribiéndome al viaje que he llevado a cabo en la Isla de Puerto Rico en este verano de 2016, en el cual he ampliado mis conocimientos históricos acerca de los “territorios españoles de Ultramar”, constatando que la historia de muchos países afectos al mar Caribe, ha estado ligada a nuestra Historia durante varios Siglos, atendiendo a la hegemonía reinante en el dicha localización por parte de España.

Breve reseña histórica sobre la Isla de Puerto Rico

Puerto Rico fue descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Américas el 19 de Noviembre de 1493, denominada Borinquén por los naturales de la Isla, de ahí el gentilicio “Boricua”, posteriormente fue renombrada por Colón como San Juan Bautista, en honor al Príncipe de Asturias.

No es hasta el año 1505, cuando el primer Gobernador de la Isla, Juan Ponce de León, teniente de Cristóbal Colón, comienza la colonización de la misma, bajo el patrocinio del gobernador de las Islas, Nicolás de Ovando. En dicho proceso de conquista, los indios no ofrecieron gran resistencia, ya que consideraban a los conquistadores españoles “Dioses”, la colonización fue la imagen del sistema de encomiendas de los españoles.

El 27 de diciembre de 1512, los Reyes Católicos promulgaron las Leyes de Burgos, las cuales modificaban el sistema de encomiendas, poniendo fin a la explotación de los nativos así como confiriéndoles una serie de derechos a los indígenas.

Durante más de cuatro Siglos, Puerto Rico ha pertenecido a la Corona Española, sufriendo la ciudad de San Juan numerosos ataques perpetrados tanto por Ingleses (1595, 1598 y 1797) así como por Holandeses (1634).

La Constitución de Cádiz de 1812, conocida como “La Pepa”, divide a España y sus territorios en provincias:

«…El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de África.
En la América septentrional, Nueva España, con la Nueva Galicia y península del Yucatán, Guatemala, provincias internas de Occidente, isla de Cuba, con las dos Floridas, la parte española de Santo Domingo, y la isla de Puerto Rico, con las demás adyacentes a éstas y el Continente en uno y otro mar.
En la América meridional, la Nueva Granada, Venezuela, el Perú, Chile, provincias del Río de la Plata, y todas las islas adyacentes en el mar Pacífico y en el Atlántico.
En el Asia, las islas Filipinas y las que dependen de su gobierno…»

El 24 de noviembre de 1897, María cristina de Habsburgo-Lorena, promulga el Real Decreto “Carta Autonómica de Puerto Rico” que regula el gobierno y administración de la Isla de Puerto Rico.

«…Para ser elegido Representante se requiere ser español, de estado seglar, mayor de edad, gozar de todos los derechos civiles, ser nacido en la Isla de Puerto Rico o llevar cuatro años de residencia en ella, y no hallarse procesado criminalmente…»

En el año 1898 debido a motivaciones tanto económicas como estratégicas vertebradas en el interés comercial en la zona así como el interés de la política exterior norteamericana de convertir el mar Caribe en un mare clasum, los EEUU declararon la Guerra a España. Finalmente y mediante el Tratado de París firmado el 10 de Diciembre de 1898, se pone fin a la Guerra Hispano-Americana, cediendo como botín de Guerra a Puerto Rico, dicho tratado supone el punto de inflexión del Imperio español de ultramar y el principio del periodo del poder colonial de los Estados Unidos.

Estatus político de Puerto Rico

El statu quo actual de Puerto Rico es el de Estado Libre Asociado de los EEUU (denominación jurídica inexistente en derecho) a pesar de que el Comité Especial de Descolonización de la ONU adoptó una resolución en el año 1972 que demandaba la autodeterminación e independencia de Puerto Rico, instando a Whashington a asumir su responsabilidad y permitir a los boricuas lograr sus aspiraciones de autonomía.

El 13 de Enero 2016 marcóun punto de inflexión en la historia de la islaatendiendo al histórico fallo dictado por la Corte Suprema de EEUU, a partir del cual las autoridades tendrán que perfilar el futuro político de la relación jurídica con los EEUU.
En dicha sentencia se niega a la isla la competencia jurídica para aplicar sus propias leyes a criminales, estableciendo un único marco legal en el cual la soberanía reside en Washington y no en la ciudad de San Juan. Asimismo se pone de manifiesto que la última fuente del Poder Judicial puertorriqueño es el Congreso estadounidense, soterrando así el encaje jurídico que Puerto Rico adquirió tras la promulgación de la Constitución de 1952 cimentada en la relación existente entre los Estados Unidos y la isla bajo un gobierno propuesto «Commonwealth».
Esta sentencia sup
one un duro varapalo para quienes defienden la autonomía de Puerto Rico reconociendo implícitamente la “colonialidad” de la isla.
Con la administración Obama, Whashington ha reconocido su condición de poder colonial sobre la misma pese a incumplir reiteradamente la obligación jurídica que le impone el Derecho Internacional de descolonizar a Puerto Rico.
El plebiscito llevado a cabo el día 6 de noviembre de 2012 en el cual votaron 1.787.061 ciudadanos, confirmó que el 54% del electorado puertorriqueño rechaza la actual condición de subordinación colonial de la isla. Los partidarios de una estadidad, anexión a los EEUU como Estado de pleno derecho, obtuvieron 805.155 votos, menos del 50%.

Los puertorriqueños han expresado su deseo de permanecer en unión permanente con los Estados Unidos y mantener su ciudadanía estadounidense, siempre y cuando dejen de ser ciudadanos de “segunda”, cabe recordar que los puertorriqueños no pueden votar  en las elecciones presidenciales norteamericanas. El quid de la cuestión, estriba entonces, en el encaje jurídico de la relación política existente con los EE.UU. Los defensores del partido pro-Commonwealth de Puerto Rico piden una mayor autonomía y control sobre los asuntos de la isla, no obstante esta reivindicación claramente es contraria a la Constitución de los Estados Unidos. La cláusula territorial de la Constitución da un control total de todos los asuntos territoriales al Congreso de Estados Unidos.
El horizonte que se vislumbra en Puerto Rico, pasa por la decisión de convertirse en un Estado, en una nación libre, o quedarse en un territorio de Estados Unidos, si esto no sucede, la Asamblea General de las Naciones Unidas debería de elevar el caso de Puerto Rico a la Corte Internacional de Justicia para que el máximo órgano jurídico de Naciones Unidas en virtud de su autoridad para dictar opiniones consultivas (dado que Puerto Rico por su condición colonial no tiene legitimación activa para iniciar una acción legal en ese foro y que Washington revocó en 1986 su consentimiento para reconocer la jurisdicción compulsoria de La Haya sobre procedimientos contenciosos) auspicie el proceso de descolonización de la Isla.

Carlos Fernández-Roca Suárez, Experto en Relaciones Internacionales y Derecho Constitucional.

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