Fundado en 1951 por el Maestro Carbonell, maestro de armas del Rey Alfonso XIII, el Club de Esgrima de Madrid (CEM) se ha convertido en toda una institución cuando se habla del deporte madrileño. En sus inicios se creó como un club militar, pero con el paso de los años comenzó a implantarse como disciplina deportiva.
Hoy, dirigido por Nathalie Alovisetti, el CEM cuenta con 430 socios, entre los que se haya el campeón de Europa de Sable, Jorge Pina; y Araceli Navarro, representante, junto al anterior, de España en los Juegos Olímpicos de Pekín. Entre sus objetivos destaca la preparación de jóvenes deportistas, con la enseñanza del manejo del sable para adultos, así como la iniciación a la esgrima, en el ‘miniclub’, a partir de los 3 años de edad.
Un nuevo hogar
Desde septiembre, el Club se ha trasladado a uno de los pabellones del Palacio de los Deportes. Un nuevo espacio para entrenar, que da cobijo a esta actividad cada vez más demandada por los vecinos.
Hace unas semanas, la directora general de Deportes de la Comunidad de Madrid, Carlota Castresana; el concejal del distrito, Íñigo Henríquez de Luna y varios representantes del mundo de la esgrima, fueron los invitados más especiales que hasta ahora ha recibido el Club, en su nuevo hogar.
