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Sabina sufre un ataque de miedo escénico en Madrid

Cinco años hacía que Joaquín Sabina no se encontraba en solitario con su expectante público de Madrid, que agotó en una hora las más de 10.000 entradas disponibles para celebrar hoy el aniversario de uno de sus discos más exitosos, "19 días y 500 noches", en una cita que ha podido costarle un susto.

"Hoy, por exceso de ganas de estar bien delante de mi gente de Madrid,me acaba de pasar -llegando a cosas feas- un Pastora Soler", ha dicho, en alusión a los "vahídos por pánico escénico" que recientemente han llevado a la cantante sevillana a retirarse temporalmente de la música.

Lo advertía al inicio de la velada, con el público en pie para recibirlo con respeto reverencial. "A mí Madrid me rejuvenece. Lo digo por los nervios que he pasado antes de juntarme con ustedes", comentaba tras abrir fuego con "Ahora qué" y, en homenaje a la ciudad, "Me bajo en Atocha".

 
 

Parece que la presión le ha jugado una mala pasada al músico, que no había dado muestras explícitas de fatiga y que presumía de hecho de un buen estado de ánimo hasta que, tras un receso en el que sus músicos han tomado el relevo, ha regresado al escenario y ha compartido lo sucedido.

"Lo lamento mucho", ha subrayado, visiblemente emocionado ante la reacción del aforo del Barclaycard Center (antiguo Palacio de Deportes de Madrid), que ha vuelto a ponerse en pie para mostrarle su apoyo.

Sabina ha intentado entonces reemprender el concierto y ha llegado a cumplimentar el bloque principal, con el clásico "Cerrado por derribo", que ha arrancado él solo a la guitarra, al que han seguido "Pero qué hermosas eran", "De purísima y oro", "Más de cien mentiras" y las festivas "Noches de boda" e "Y nos dieron las diez".

"Lo siento mucho, pero realmente no me encuentro muy bien", se ha disculpado, anticipando el final del concierto tras dos horas de música, media hora antes de lo que estaba estipulado, y sin acometer éxitos como "Princesa", "Contigo" o "La canción de los (buenos) borrachos".

A pesar de ello, prácticamente nadie en el pabellón le ha recriminado este abrupto cierre, y eso que la expectación ante el concierto había empujado la reventa de las entradas hasta los 150 euros.

Ni la organización del concierto ni la representación del artista han ofrecido de momento más información sobre el estado de salud de Sabina, que el próximo 16 de diciembre debe regresar de nuevo a este recinto para ofrecer otro concierto con el aforo completo y que tiene pendientes dos "shows" más en Barcelona este mismo mes. 

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