El pasado 23 de enero se cumplían veinte años de su muerte. Dos décadas enteras sin el padre del surrealismo, sin el que supo adelantarse a su tiempo creando una nueva realidad, que no todos consiguieron entender. Dalí, creador de pinturas oníricas, esculturas alocadas, joyas únicas y también del logotipo de la conocida marca de caramelo Chupa Chups, fue la viva imagen de la trasgresión. Madrid, y en concreto este distrito que alberga su última obra plástica, El Dolmen de Dalí, le recuerda en esta fecha. La Asociación Cultural Dolmen de Dalí y la Asociación Vecinal Barrio de Goya habrían querido organizar un homenaje oficial al artista, en la plaza que lleva su nombre. Por la imposibilidad de llevarlo a cabo, aseguran que harán “fiestas en su honor a lo largo del año”. Aún así recuerdan que el mejor homenaje sería la reconstrucción de dicha Plaza.