El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, exige a Ana Botella que destine la finca de Torre Arias, situada al final de la calle Alcalá, para dotar al barrio de Canillejas de equipamientos sociales y culturales, tal y como reclaman los vecinos. La finca fue cedida al Ayuntamiento de Madrid para disfrute de los madrileños pero todo parece indicar lo contrario: el equipo de Gobierno ha aprobado un plan especial “hecho a la medida” de un privado, según ha denunciado Lissavetzky esta mañana durante la visita realizada a la finca.
La marquesa de Torre Arias, propietaria de la finca del mismo nombre, situada en el número 551 de la calle Alcalá, firmó un convenio de permuta con el Ayuntamiento de Madrid en 1986 para que los jardines y los edificios que alberga pasaran a titularidad pública. La muerte de la hasta entonces propietaria, ocurrida en 2012, despertó las esperanzas para los vecinos de Canillejas de disponer de una superficie verde y de un patrimonio inmobiliario con el que suplir la carencia de equipamientos.
El Ayuntamiento de Madrid prometió abrir los jardines para este verano, pero todavía nadie tiene noticias de las causas del retraso ni las perspectivas de futuro. El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha visitado esta mañana la finca y se ha reunido con los representantes vecinales que han creado una plataforma con el fin de reivindicar “lo que les corresponde”.
Lissavetzky, acompañado por una amplia delegación de concejales de su grupo, Pabla Rojo, Marcos Sanz, Diego Cruz, Carmen Sánchez Carazo y Ana D´Atri, ha exigido a la alcaldesa que se cumpla el acuerdo firmado en 1986 por el que la finca privada de 18 hectáreas pasaría a titularidad pública. “Deben ser los vecinos los que establezcan las prioridades”, aseguró el portavoz socialista, quien sugirió que el edificio central podría dedicarse a albergar un instituto o una extensión universitaria. “Estos podrían ser algunos usos, pero Ana Botella debe escuchar a los vecinos”.
El portavoz socialista defiende que tanto el parque como los edificios deben dedicarse a satisfacer las necesidades de los vecinos del barrio.
El incumplimiento de la promesa de abrir los jardines al comienzo del verano alimenta aún más las dudas sobre los intereses del equipo de Gobierno y ha reforzado la reivindicación vecinal que cada domingo último de mes se concentran “ de forma pacífica” a la entrada de la finca para reclamar su uso público. El apoyo vecinal ha respaldado las 1.200 alegaciones presentadas durante el periodo de información pública.
Los vecinos de Canillejas ven en la finca de Torre Arias la posibilidad de disfrutar de un parque del que siempre han carecido, además de dotar al barrio de un símbolo cultural. “Aquí se concentran varías fincas que fueron privadas en su día y hoy constituyen un patrimonio interesante que dote de interés cultural la zona”, aseguran representantes de la Plataforma Torre Arias.
Lissavetzky aseguró que a pocos meses de las elecciones municipales el gobierno de Ayuntamiento de Madrid cometería un grave error tomando la decisión de quitar a los vecinos el patrimonio que les corresponde. “Deben preguntarles su opinión sobre el uso que debe darse”.
