Malasaña ha sido la excepción a la Ordenanza de Limpieza de Espacios Públicos y Gestión de Residuos que prohíbe pintar sobre el mobiliario urbano, muros y paredes. El Área de Medio Ambiente ha permitido que un centenar de grafiteros decoraran los cierres de los comercios haciendo gala de su arte urbano. “Si el Ayuntamiento se saltó su propia ordenanza, podría modificarla”, solicita la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid, FRAVM.