Pese a las mejoras que se han llevado a cabo en el Paseo de la Dirección, todavía quedan algunos asuntos por solucionar. Es el caso del tramo comprendido entre la Avenida de Asturias y la calle Arroyo, cuyos vecinos han manifestado su descontento por unas obras interminables.
Al parecer, el Ayuntamiento madrileño comenzó estos trabajos de remodelación de la zona hace meses, pero llevan paralizados desde antes del verano. Por lo menos así lo manifiestan los residentes de este entorno que aseguran estar sufriendo la suciedad, los barrizales y la incomodidad que supone todo el material de obra en su calle.
Además de haberse convertido toda esta zona en un foco de basura y suciedad, más ahora con la llegada del viento y las lluvias, las vallas de obra, los bloques de hormigón y demás interrumpen el paso de peatones y vehículos.
De hecho según relatan los vecinos, la calle Pinos Alta -que desemboca en el Paseo de la Dirección- lleva cortada al tráfico desde el 12 de enero, lo que ha causado otros problemas añadidos con los que no se contaba. Y es que, desde que se impide el paso por ella se ha convertido en un lugar de encuentro entre los jóvenes, donde hacen botellón. Hecho que ya está causando importantes molestias a los residentes de la zona.
El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, tiene intención de pelear por la situación del Paseo de la Dirección que, además, presentará al pleno del Ayuntamiento. “Apenas se ha ejecutado el 20% del proyecto y todo se encuentra abandonado”, afirman desde el PSOE.