Este asunto parecía haber pasado a la historia en el distrito. Las movilizaciones que los vecinos llevaron a cabo en su momento, sumadas a la fuerte presión policial, habían conseguido erradicar este problema de Tetuán. Sin embargo, los hechos demuestran que no es así. La polémica ante la presencia de prostitutas en las calles parece extenderse por varias zonas de Madrid; a pesar de que alguna de ellas ya parecían haber superado el problema.
El eterno problema
Que el Paseo de la Castellana, entre Cuzco y Plaza de Castilla, siempre fue uno de los lugares frecuentado por las prostitutas es una realidad. Pero también lo es que hace aproximadamente 7 años, los vecinos de la zona llevaron a cabo sonadas protestas para acabar con ese alto índice de prostitución en sus barrios. Y ganaron la batalla, o eso parecía. Consiguieron que se redujera notablemente la presencia de meretrices por el distrito, por lo menos hasta ahora. Y aunque durante estos años algunas de ellas han permanecido en la zona, lo cierto es que la gran mayoría se trasladaron a otros rincones de la ciudad como la calle Montera y la Casa de Campo, para continuar con su negocio sexual.
Han pasado los años, y ahora en 2007, la prostitución callejera de nuestra ciudad vuelve a dar un vuelco. Desde que el Ayuntamiento decidiera cerrar al tráfico la Casa de Campo, e instalar cámaras de seguridad en Montera y aledaños, las trabajadoras de la profesión más antigua del mundo han vuelto a sus antiguos lugares de trabajo. Y entre ellos se encuentra el Paseo de la Castellana y la calle Capitán Haya.
Los vecinos retoman la lucha
Siete años después de su primera victoria, los vecinos afectados vuelven a enfrentarse al mismo problema, por lo que no descartan llevar a cabo nuevas movilizaciones. Una antigua vecina de la zona ha asegurado a este periódico que “esto es algo de siempre, las prostitutas llevan haciendo su trabajo en Capitán Haya desde hace más de 20 años. Además se trata de una prostitución de lujo, pues se las ve con sus visones y muy bien vestidas”.
La versión de la Junta Municipal
Por su parte, la concejal del distrito, Paloma García Romero, consciente de este problema, confirma que según los informes de la Policía Municipal puede asegurar que “la situación es de completa normalidad”, pues al parecer todo sigue como siempre y no ha habido un incremento llamativo del número de prostitutas. En cualquier caso, asegura también que con los controles de alcoholemia, y otros servicios que realiza la Policía Municipal pidiendo documentación por la zona, sirven como medida disuasoria.
