El Grupo Municipal Socialista no tiene dudas de la implantación en Madrid del contenedor de residuos orgánicos, el llamado contenedor marrón. “Estamos de acuerdo con esta medida y consideramos que si funciona bien, Madrid se podrá poner a la altura de otras ciudades europeas que usan los residuos orgánicos para producir abono y energía eléctrica de fuente renovable”, ha explicado el portavoz socialista Chema Dávila en la Comisión de Medio Ambiente.
De lo que sí tiene dudas, y así lo ha expresado Dávila, es de la eficacia de la campaña informativa y divulgativa que ha costado al Ayuntamiento de Madrid más de un millón de euros. “No estamos de acuerdo en cómo se ha desarrollado la campaña municipal para explicar a los ciudadanos cómo separar la materia orgánica y cómo usar el contenedor marrón porque esta campaña se ha planteado demasiado tarde y sin margen para que los madrileños se acostumbrasen a usarlos”, ha explicado.
Pero no son los únicos fallos detectados por el edil socialista. Dávila ha detallado que la campaña se presentó el 18 de octubre, tan solo 12 días antes de empezar la recogida selectiva del contenedor marrón, y que se comprometió a enviar una carta informativa a los vecinos, a poner en marcha un equipo de informadores ambientales para resolver dudas y a entregar un kit de materiales que facilitasen e invitasen al reciclaje.
Ninguna de los tres compromisos se ha cumplido en su totalidad. “Lo cierto es que la mayor parte de los vecinos recibieron la carta de la Delegada en la primera semana de noviembre, cuando los contenedores marrones ya estaban en la calle y la recogida ya se había iniciado, lo cual no parece que sea muy lógico”.
Respecto a los informadores ambientales, la página web del Ayuntamiento hoy mismo advierte de que no hay calendario para sus visitas en los distintos barrios hasta la semana que viene, cuando se supone que estas visitan deberían haber empezado el 23 de octubre. Y sobre la entrega de los kits de regalo, “vemos que el Ayuntamiento ha habilitado puntos de recogida sólo en cinco distritos, es decir, en la mitad de los 10 en los que se recoge el contenedor marrón”, ha puntualizado el edil.
Una empresa con pasado conflictivo
“La campaña se ha planteado de una forma precipitada, sin la antelación suficiente para que los ciudadanos estuviesen preparados para utilizar el quinto contenedor”, una circunstancia que se agrava, ha explicado el edil socialista, “si consideramos que el diseño y la ejecución de esta campaña cuesta más de un millón de euros que el Ayuntamiento va a pagar a una empresa (LAVOLA 1981 S.A.) a la que se ha adjudicado el concurso por presentar la oferta más barata (según consta en la justificación de los motivos de la adjudicación) cuando la oferta económica sólo se valoraba en el concurso con el 30% de los puntos totales”, ha añadido Dávila.
Esta empresa, según ha explicado el edil, fue denunciada en 2015 por despedir a trabajadores (educadores ambientales) con más de siete años de experiencia contratados por la empresa para el Programa “Canal Educa” puesto en marcha por el Canal de Isabel II. A estos trabajadores no se les renovó el contrato porque se negaron a firmar nuevos contratos en los que constaban 32 horas pero debían trabajar 40.
“De nada sirve aplicar cláusulas sociales en los contratos cuando luego se adjudican a empresas con antecedentes que no son precisamente socialmente ejemplares”, ha criticado Dávila, que también ha pedido al Ayuntamiento que refuerce los mecanismos para que no se repitan este tipo de situaciones.
